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Lionel Richie encendió una noche ochentera en el Arena Movistar

El cantante no se guardó ninguno de los hits con que la mayoría del público bailó en vinilo durante los ochentas: "All night long", "Say you say me" y por supuesto, el emblemático "Hello".

26 de Agosto de 2010 | 01:18 | Por Juan Carlos Ramírez Figueroa, El Mercurio

SANTIAGO.- En una escena de la reciente película Shrek 4, cuando el personaje de "Burro" estaba a punto de ser devorado por su esposa-dragona (quien no lo reconocía) no encontró mejor recurso que cantar el famoso estribillo de "Hello" de Lionel Richie.


La canción de 1984 -convertida en referente ochentero-  inauguraría una racha que continuó con la coautoría de "We are the world", junto a Michael Jackson (con quien se le comparó) y la balada ganadora del Oscar "Say you, say me" (1985).


A pesar de un pasado destacable junto a The Commodores, su rol estelar en el sello Motown y una seguidilla de discos de r&b y soul adulto, son estos tres hitos los que movieron a la mayoría de las casi nueve mil personas que repletaron el Arena Movistar.

No por nada el espectáculo abrió precisamente con "Hello", en una sobreproducida versión "bailable".  Lionel Richie, tras las típicas salidos buena crianza arrancó con un show correcto y pulcro, pero construído desde el territorio de los ochentas.

Exactamente la edad en que la mayoría del público bailó apretado -y en vinilo- los lentos que interpretó junto al pìano: "Say you, say me" y "Hello". Su banda, un excelelente ensamble r&b, destacó en las versiones de hits como "All night long", "Truly love", "Endless love" y "Still".


También destacó "Easy", aquella balda de los Commodores que Faith No More reinterpretó -con perversa ironía-  para las generaciones más rockeras.

El cantante muchas veces saludó al publicó -entre el que se encontraba Leonardo Farkas- y expresó lo contento que estaba por tocar en Santiago. 


Mientras colegas suyos como Tom Jones o Paul Anka se aggiornaron haciendo inesperados discos de covers de bandas ajenas a su contexto (como olvidar el "Burning down the house" de Talking Heads o "Wonderwall" de Oasis, respectivamente), Ritchie sigue celebrando su pasado.


¿Es esto necesariamente criticable? Al mirar la cara del público, es mejor guardar un respetuoso silencio ante la nostalgia encarnada en el cantante, que por lo demás, mantiene su voz intacta.

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