El poder de la balada

Se supone que es su última gira mundial. Que ya cumplieron un ciclo. Que hace tiempo han sido reconocidos no sólo como producto de exportación rockero alemán, sino que también referentes del heavy metal universal. Que lograron colar un par de singles en el cancionero popular del siglo XX. Que han vendido cien millones de álbumes. Que crearon el himno del fin de la Guerra Fría y la caída del Muro de Berlín.

Con esa leyenda, y a pesar de lo irregular de sus últimas entrega, Scorpions se subió a las 21:20 para presentar en el Movistar Arena su show de despedida, donde aprovecharán de presentar su disco Sting in the Tail (2010).

Y a juzgar por la reacción del público que repletó el recinto, su fanatismo va mucho más allá de los hits del popular Crazy world (1990) o las baladas de Face the heat (1993). Más bien son de los que reconocen a la banda como pionera del tránsito del hard rock hacia el heavy metal en los setentas y principios de los ochenta.

Lideradas por el excelente Kalus Meine (voz) y Rudolf Schenker (guitarras), sobrevivientes de la banda desde 1970, el grupo conmocinó a los más de ocho mil asistentes.

Y aunque hubo piezas clásicas del Animal magnetism (1980) o  Love at first sting (1984) fueron sus hits universales los más aplaudidos -y coreados"-  de la noche: "Still loving you", una de las mejores power ballad de la historia, el himno "Wind of changes" y la animada "Rock you like a Hurricane". Un karaoke monumental al que la banda está habituado, pero no por eso menos agradecido.

Este show, llamado "Get your sting and blackout world tour" deja Chile con algo de amargura. Si, porque se extinge una banda que ayudó a construir los códigos del rock tal como lo conocemos: baladas, solos de guitarra virtuosos, hits pendenciero, casacas de cuero. Aunque su despedida -que se extenderá hasta el 2013- fue con todas las de la ley.