Como una diva

Lauryn Hill sabe encontrar cada vez una forma nueva de incomodar al público. Para su visita en 2002, en el festival de reggae "Natural Mystique" en el Estadio Nacional, salió a cantar y guitarrear apenas media docena de canciones y, anoche, en su regreso a Santiago se hizo esperar una hora y 39 minutos exactos antes de salir al escenario de Movistar Arena, pero esta vez sí para complacer a la audiencia con un show de grandes éxitos.

A diferencia de su debut de hace ocho años, la cantante vino a ajustar la deuda de tocar en vivo las canciones de su sensacional primer disco, The miseducation of Lauryn Hill (1998).

Eso sí, hizo honor a su fama de diva. Aparte del retraso en el inicio del show, primero puso a trabajar a un DJ que tardó demasiado en el calentamiento previo y terminó siendo odiado por las cerca de cinco mil personas que a esa hora estaban ya impacientes por ver a la cantante estadounidense.

Tras iniciar su lista de canciones con éxitos como "Lost ones", "When it hurts so bad" y "X factor", al cierre de esta edición, Hill ya había entusiasmado al público con el poder de su voz y se esperaba que hacia el final del show rematara con hits probados de su banda previa, The Fugees, para inclinar la balanza definitivamente hacia la nostalgia.