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Going back

24 de Septiembre de 2010 | 23:04 |
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Siete décadas de industria pop, y aún no resolvemos una pregunta clave: ¿qué pretende, exactamente, un cover? Dirán unos que quien regraba una canción popularizada por otro sólo homenajea. Otros hablarán del sano ejercicio de evidenciar las propias influencias. Para muchos, una reversión no tiene sentido artístico si no asume algún tipo de deconstrucción creativa. Como sea, en un disco como Going back la duda se vuelve apremiante: ¿qué sentido tiene para Phil Collins hacer un refrito de clásicos del soul frente a los que su voz, sus años y su asumido conservadurismo no pueden sino palidecer?

De su gusto por Motown sabíamos ya de sobra: uno de sus mayores hits solistas fue en los años ochenta su versión para "You can't hurry love", de las Supremes. El de Motown es un catálogo que nutrió de modo vital a casi todos los músicos ingleses de su generación, y acá la cita a ese sello esplendoroso acapara todo el álbum: son dieciocho títulos de artistas tan conocidos como Stevie Wonder, The Temptations, Smokey Robinson y Martha and the Vandellas. El punto es que los arreglos son casi idénticos a los originales, pero la voz y la gracia parecen como los de un quinto enjuage. A los 59 años de edad, domesticado ya por la vida familiar y la caricia de la parrilla radial para el adulto-joven, Collins no puede pretender parecer convincente cantando en primera persona que "Papa was a rolling stone". Dice que la idea del álbum nunca fue «aportar algo nuevo, [sino] hacer un disco viejo tal como los originales». ¿Para qué intentarlo, entonces, si los originales aún suenan impecables?

Lo más interesante de este álbum es que fue grabado junto a tres de los Funk Brothers, los legendiaros músicos de sesión (protagonistas del documental Standing in the shadows of Motown) que trabajaron de planta en el sello de Detroit durante los años de sus mejores grabaciones. Del resto de este disco, lo que queda es la duda por el sentido de la inversión y la urgencia apremiante por volver a escuchar los originales a los que cita.

—Marisol García