Es difícil que un disco de death metal esté mal ejecutado. El subgénero es posiblemente uno de los más exigentes del rock. Lo interesante es que desde la legitimización de Napal Death -vía John Peel y John Zorn- y, sobretodo, el Sepultura del disco Roots (1996), este universo brutal, virtuso y ultracelerado pudo ser entendo más allá del territorio "metalhead".
Cerberus, pertenece a la rica tradición nacional, cuyo exponente mas "masivo" fue Criminal. Formados en 1993 y con hitos como el single "Ebola" (2002), éste es el disco con el que pretenden trascender las fronteras definitivamente. De hecho, fueron fichados por Dimetalworld (EE.UU.) quienes ya distribuyen internacionalmente en iTunes y Amazon mp3.
Pero lo más importante es, por supuesto, como actualizan el death metal a partir de sus tres caracteristicas básicas: riffs, doble bombo y voz gutural. Desde "Ruins of the forgotten" -y esas excelentes guitarras sincronizadas- hasta piezas más clásicas como "Thirty of human blood", el disco no da respiro. Sin embargo más que la evidente influencia de Cannibal Corpse, podemos decir que estamos ante un disco de death chileno. Hay algo en el diseño del caos sonoro, los cambios de ritmo, la agresión y la forma de frasear que se emparenta con una tradición. Y eso es precisamente uno de los atractivos que la banda ha provocado en el extranjero. Un buen disco de género.
—JC Ramírez Figueroa