El trompetista de Nueva Orleans Wynton Marsalis y el pianista de Quivicán Chucho Valdés, flanquean en La Habana a la señora del bolero y el son Omara Portuondo.
EFE
LA HABANA.- La música estableció un puente entre Estados Unidos y Cuba desde un escenario de La Habana que acogió juntos a la Orquesta de jazz del Lincoln Center de Nueva York, con el trompetista
Wynton Marsalis, y al pianista cubano
Chucho Valdés.
Fue en el segundo de los cuatro conciertos programados por la orquesta norteamericana en su primera visita a Cuba que tuvo lugar este miércoles en el Teatro Mella.
Los saxofones, los trombones y las trompetas, entre ellas la de Marsalis, de la orquesta de Nueva York, tocaron la música afrocubana compuesta por Chucho Valdés, al piano, junto a la nueva banda del maestro cubano, los "Mensajeros afrocubanos".
"Esto demuestra que la música sirve para unir la cultura de todos los países y para que todos sean felices", proclamaba Chucho Valdés desde el escenario ante los aplausos del público que llenaba la sala.
Valdés subrayó que "el lenguaje de los sonidos, el de la música, es el lenguaje universal" y no "el lenguaje de las palabras".
Para el pianista la visita de la orquesta americana ha supuesto "una lección para todos, para el público, los jóvenes jazzistas, estudiantes de música, y para nosotros también ha sido una lección tremenda".
Otra de las actuaciones que más entusiasmó al público fue la interpretación de Bobby Carcassés del famoso tema "Cómo fue" con la banda americana. El concierto conjugó clásicos del jazz como "A love supreme", de John Coltrane, y temas cubanos como "Siboney" de Ernesto Lecuona.
"Temas del jazz, de música afrocubana y del danzón es lo que tratamos de combinar y estar juntos en este mundo", afirmó Carlos Henriquez, co-director musical de la orquesta americana.