EMOLTV

"En Santiago tenemos la base de fans más grande"

"Así que lo que quieran escuchar lo vamos a tocar", garantiza David Lovering, baterista de esta reformada banda adelantada del rock independiente con canciones como "Here comes your man" o "Where is my mind?", que este miércoles dará su show propio en Santiago. "El público es definitivamente distinto. Ahora son chicos que ni siquiera habían nacido cuando nuestros discos salieron".

12 de Octubre de 2010 | 23:31 |

Son cosas que ocurren después de veinte años: esa melodía de piano que en estos días ya se está oyendo en un anuncio de la próxima Teletón entre las tandas comerciales de la tevé chilena es una canción de Pixies. "Where is my mind?", grabada en 1987, rock alternativo de la época por definición, hoy está en manos de la publicidad, y en los mismo días los propios Pixies están viniendo por primera vez después de este mismo tiempo a tocar en vivo en Chile.


En el camino pasaron muchas cosas, entre la aparición de esta banda estadounidense en 1986, la serie de cinco discos con que entre 1987 y 1991 sentaron buena parte del sonido del rock independiente como se reconoce hoy y la reunión que los mantiene activos desde 2004, esta vez en condiciones de atraer a nuevas generaciones y debutar en países del tercer mundo como el nuestro. Y con su formación original: Black Francis (voz y guitarra), Kim Deal (voz y bajo), Joey Santiago (guitarra) y David Lovering (batería).


-Lo que vamos a hacer es un show con lo mejor de nuestros discos -anuncia a propósito de ese estreno David Lovering, un tipo de conversación amable que además de ser el baterista histórico de Pixies lleva una vida paralela como mago profesional, y que en una entrevista cualquiera como ésta tiene el detalle de recordar la identidad de su entrevistador para llamarlo por su nombre-. Vamos a tocar todas las mejores canciones. Y en orden cronológico.


-¿Las mejores son también las que les gustan más a ustedes, o no necesariamente?
-Hacemos más lo que a la gente le gusta. Tenemos una lista de e-mail de Pixies con fans del grupo y recibimos pedidos de gente de todo el mundo. Y la que tenemos en Santiago es la base de fans más grande, así que lo que quieran escuchar lo vamos a tocar.


-¿De dónde viene ese feedback?
-Tenemos una página de Facebook de Pixies y podemos saber de dónde provienen nuestros amigos demográficamente. Y la mayoría es de Santiago. Eso simplemente nos voló la cabeza, no podíamos creerlo. Pero no quiero tener tantas expectativas, es mejor dejarse sorprender. Va a ser interesante.


-Kim Deal ya vino a Chile a tocar con su otra banda, Breeders, en 2004. ¿Ella no les ha contado?
-No, pero sí he visto un video de Rush en Sudamérica y se ve muy bien.


Una uñeta metálica, no plástica


Esas canciones en orden cronológico que promete Lovering vienen de los cinco discos que Pixies lanzaron a razón de uno por año entre 1987 y 1991, en una seguidilla adelantada al llamado "rock alternativo" de los años '90.


Por ahí aparecen las caprichosas letras (mal) pronunciadas en castellano de "Vamos" e "Isla de Encanta", reconocible por la invitación "Hermanita, ven conmigo" (del EP inicial Come on pilgrim, 1987), así como "Gigantic" y "Where is my mind?", de Surfer rosa (1988); la serie entre "Debaser", "Here comes your man", "Monkey gone to heaven", "Wave of mutilation" y "La la love you", de Doolittle (1989), seguida por "Velouria", de Bossanova (1990), y por "Alec Eiffel" o el cover de "Head on", de Jesus & Mary Chain, en Trompe le monde (1991).


Pixies acaban de celebrar con una gira los veinte años de Doolittle, objetivamente el disco con más canciones reconocibles del grupo. "A la generalidad de la gente le gusta ese disco, es una especie de clásico, y es uno de los mejores discos que hemos hecho", considera el baterista.


-¿Cómo ves esos cinco discos ahora a la distancia?
-Para mí, todos se sostienen bastante bien. Siguen sonando en la radio. En Australia "Where is my mind?", que no sé de qué disco es (es de Surfer rosa, 1988), en los últimos cuatro años ha sido una de las canciones más tocadas. Creo que nuestra música se ha mantenido a lo largo del tiempo. Y todos los discos son distintos, también. Si vas desde el primero hasta Surfer rosa, hasta Doolittle, hay un cambio en la calidad del sonido. Doolittle es muy pulcro, y Surfer rosa por otro lado es como áspero. Personalmente me gusta más Surfer rosa, es un disco más temprano y lo pasé muy bien haciéndolo. No quiero hablar mal de Doolittle o Bossanova, pero si los escuchas tienen un sonido más limpio, que luego derivó a algo más raro y espacial. Así que hubo una progresión, no sólo sónicamente sino también del tipo de música que estábamos haciendo.


-Ya que Surfer rosa es un favorito, ¿tiene que ver en eso que lo haya producido Steve Albini?
-Absolutamente. Creo que fue bueno porque en particular la batería estaba en una pieza, las guitarras fueron tocadas con una uñeta metálica. No plástica: metálica. Son cosas pequeñas que Steve hizo, aparte de sus capacidades como ingeniero -dice el baterista a propósito de Albini, ingeniero clave en el rock alternativo de los '80 en adelante, que ha producido discos de los propios Pixies, Nirvana o PJ Harvey, además de su propio grupo, Shellac.


Radio, mala influencia y mal gusto


Se ha escrito mucho sobre la influencia de Pixies en otros grupos, pero las influencias de cada uno de ellos al son una clave en lo único de su sonido. "Cuando los conocí estaban buscando un baterista, y mis raíces eran el grupo Rush, Steely Dan, algo de new wave, cosas como ésas", recuerda Lovering. "Lo que de alguna manera no tiene nada que ver con los Pixies. A medida que fuimos creciendo y que aprendí las canciones, Pixies eran de verdad una mezcla que no habíamos oído antes".


-¿Era algo deliberado?
-No había una intención. Nunca hubo una fórmula. Básicamente es así como lo hicimos. Escuchábamos de otra gente, de críticos y cosas así, que teníamos un sonido diferente, pero ahora es más evidente cuando lo miramos hacia atrás. En la época nos gustaba la música y sabíamos que era distinta, pero no tan distinta.


-¿Como baterista dirías que tu rol es mantener cierto orden en el sonido del grupo?
-Creo que en muchas bandas hay alguien que mantiene el orden. Pero no creo que de verdad sea mi caso. No tocamos sobre una estructura fija. Siempre ha habido comunicación entre los cuatro, todos tenemos una opinión, podemos criticarnos y no necesariamente molestarnos con eso. Joey (Santiago, uno de los guitarristas) es el combustible perfecto para Charles (Charles Thompson, el nombre real de Black Francis) como guitarra rítmica, por ejemplo.


-¿Alguna teoría de por qué Pixies fueron siempre mejor acogidos en Inglaterra que en su propio país?
-Sólo puedo decir una cosa: creo que los  estadounidenses tienen mal gusto -se ríe-. Los ingleses son muy abiertos. También tienen un poco de basura en el top ten, música de club, canciones de fútbol, hits pop, pero tienen muchas buenas canciones. En EE.UU. hay una especie de mala influencia tan grande en la radio, así que nos nos tocaron mucho. Hay mucha gente a la que gusta buena música en EE.UU., pero en general pueden ser un poco ciegos ante algo que no les es familiar.


-Ahora son más comunes los grupos con mujeres bajistas o guitarristas. ¿Recuerdas que fuera algo más excepcional cuando ustedes partieron?
-Originalmente lo que pasó es que cuando Joey y Black Francis, o Charles, se juntaron, querían a una bajista, así que pusieron un aviso en una revista pidiendo una bajista, y Kim respondió el aviso. Sé que Charles es un gran seguidor de (el trío folk) Peter, Paul and Mary, de (el grupo neoyorquino) Velvet Underground y cosas así, en los que había mujeres. Creo que ésa era la relación, no sólo tener una mujer porque sí. Kim llegó a tocar y funcionó muy bien.
 
-En ese tiempo ustedes tocaban con grupos como Throwing Muses, por ejemplo, que eran tres mujeres y un tipo tocando batería.
-Correcto. Pero para esa época no era algo especial para mí, ya fuera una sola o un grupo completo de mujeres. Para mí no era una diferencia. Tal vez porque las Go-Go's o las Bangles habían estado antes. No lo encontré algo excepcional.


El atractivo de hablar español


En un par de canciones del grupo David Lovering no sólo es el baterista de Pixies: además es el cantante, como en "La la love you". "Canto esa canción y también un lado B que se llama 'Make believe', de Bossanova, creo", dice.


-¿Qué tal la experiencia?
-Es muy difícil. Hay bateristas como Phil Collins y Don Henley (de los Eagles) que pueden hacerlo, pero conmigo es un poco más difícil. Nuestros show son bastante rápidos, con muchas canciones punk, y cuando llega el momento de "La la la love you" siempre estoy... –dice Lovering y se pone a resoplar con mucha gracia-. Es muy duro. Así que trato de tocar y cantar lo mejor que puedo. Y creo que lo consigo. Pero sé que cuando la canción tiene un cambio y entra Charles tocando guitarra y yo sólo canto, sin la batería, es mucho más fácil en ese punto, y suena mucho mejor.


-Y como cantante, ¿qué te parecen las letras de Pixies? ¿Sabes de qué están hablando?
-Bueno, David, primero que nada: no me sé ninguna letra -recalca Lovering.


-¿Ninguna?
-Ninguna. Me sé las canciones de Pixies en la batería, me sé los cambios, los redobles. Tal vez me sé alguna letra en general, de la música popular, no importa si es de cualquier grupo o del mío, pero nunca presto atención a las letras. Me encanta la línea melódica, me encanta cómo avanza la canción, pero en relación a la información o al contenido, de verdad no pongo atención. Odio decirlo, pero es cierto.


-¿Al menos te habrás dado cuenta de que algunas letras de Pixies están en español?
-Sí, claro.


-¿Y crees que cantar cosas como "Isla de Encanta" o "Hermanita, ven conmigo" va a ser distinto acá en Sudamérica?
-Mmh... creo que sí. Simplemente porque lo hace más atractivo. No son tantas, creo que son tres o cuatro canciones las que tienen partes en español, pero creo que que provocan un buen impacto.


Pixies hoy


-¿Qué diferencias encuentras entre la primera época del grupo y tocar con Pixies ahora?
-Primero, el público es definitivamente distinto. Ahora lo que hay son chicos jóvenes que ni siquiera habían nacido cuando nuestros discos salieron. Y eso comprende, diría yo, un buen setenta por ciento del público. Luego tienes el treinta por ciento restante que tiene mi edad, y que va a estár ahí sobre todo si hay sillas en para sentarse -sonríe-. Lo segundo es que todos se saben las letras de las canciones.


-Que es más de lo que tú puedes decir, como hablábamos...
-Soy el único que no se las sabe. Todos pueden cantar. Y número tres es que estamos en un nivel distinto ahora. Somos mucho más conocidos en todo el mundo que lo que nunca fuimos en la primera época. Nos está tomando por sorpresa. Recuerdo cuando en 2004 tocamos en (el festival estadounidense) Coachella. Y no podíamos creer lo que estaba pasando. Es asombroso y nos sentimos muy afortunados.


-¿Hay influencias que te hagan pensar que Pixies fue determinante en grupos más jóvenes?
-Eso es difícil de saber. Lo he escuchado todo el tiempo y debe ser cierto, que mucha gente hizo grupos a partir de nosotros. Pero es difícil mirarse desde afuera.


-Lo dijeron los propios músicos, como Kurt Cobain, por ejemplo.
-Sí, creo que es cierto. Sólo estoy siendo modesto.


-Finalmente, ¿hay novedades sobre el nuevo disco de Pixies?
-Si, hemos estado hablando de eso en los últimos dos años. Ahora estamos ocupados en la gira, y después de Sudamérica tenemos libre hasta 2011, pero no sé si vamos a grabar todavía. Y además, como mago, David, no puedo revelarte ningún secreto.


-¿Como mago es posible verte teloneado a Pixies alguna vez?
-Sí, de hecho lo hice dos veces. Y no sé si ocurra de nuevo. Fue sólo una cuestión de azar. Creo que más que en un show grande eso funcionaría en una velada íntima y mágica.