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Rage Against the Machine fue una explosión en su debut en Chile

Un reguero de éxitos de alta intensidad, un público desbordante y una inesperada versión de Víctor Jara en saludo a los mineros atrapados en el norte fueron parte de la intensa actuación de la banda rockera estadounidense este lunes en el Estadio Bicentenario de La Florida.

12 de Octubre de 2010 | 00:59 | David Ponce, Emol
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Agitación: Zack de la Rocha, el vocalista de Rage Against the Machine, en acción este 11 de octubre en el Estadio Bicentenario de La Florida.

Christian Zúñiga.

SANTIAGO.- La cancha ya llevaba más de una hora transformada en una marea humana, el grupo ya había descargado sin reservas una docena de canciones, el público había hecho colapsar las barreras de contención instaladas en el campo del Estadio Bicentenario de La Florida y el concierto de la banda estadounidense Rage Against the Machine ya era una jornada memorable cuando, pasadas las once de la noche de este lunes 11, fue hora de poner más historia en juego.


Luego de una pausa en el concierto, en ese momento el cantante Zack de la Rocha reapareció en escena para una dedicatoria especial en el debut del grupo en Chile. "Mi español es un poco mal, pero disculpe, porque tengo un mensaje para los mineros de San Juan (sic). El mensaje es una canción de Víctor Jara", dijo el vocalista en medio de una nueva ovación, y sobre una base instrumental de la banda recitó la letra de la "Canción del minero", de Jara, para pegarla luego con las últimas canciones: "Freedom" y "Killing in the name", dos de los mayores éxitos de la banda.


El homenaje a los trabajadores atrapados en la mina San José fue uno de los momentos finales de un debut de alta intensidad. Rage Against the Machine, una banda caracterizada por sus letras contestatarias y su sonido hecho de rap y metal, cumplió con una actuación esperada por años en Chile, desde que el grupo se anotara entre los hitos mayores del rock internacional de los años '90 a partir de su disco debut, Rage Against the Machine (1992). Y el cuarteto entre Zack de la Rocha (voz), Tom Morello (guitarra), Tim Commerford (bajo) y Brad Wilk (batería) tuvo en la audiencia a un aliado clave en la potencia de la noche.


"Era saltar o morir"


Desde temprano el público, unas veinte mil personas según los organizadores, se volvió protagonista de la jornada y desbordó las rejas divisorias de la cancha, para transformarse en una masa humana compacta que multiplicó la energía del show.


Ya habían tocado los grupos previos del festival, los también estadounidenses Suicidal Tendencies y The Mars Volta, cuando hacia las 21.40 horas de la noche la gente en la tribuna Andes sacudió una barrera de contención hasta desmontarla, y a la misma hora ya era evidente que cada vez más público abarrotado contra la reja divisoria instalada en la mitad de la cancha estaba desbordando esa barrera.


"Era saltar o morir, estábamos aplastados contra la reja", decían dos jóvenes que sobrepasaron esa división entre el sector de cancha, a mayor distancia y menor visibilidad del escenario ($38.500 cada entrada), y la así llamada "rock área" ($77.000), próxima a la tarima y con el público menos hacinado. "Si aquí adelante hay mucha menos gente. Allá atrás sí está lleno", contaba otro. En efecto, el colapso de la barrera fue tal que los propios encargados de la seguridad terminaron ayudando al público a franquearla para descomprimir el sector trasero de la cancha.


Los incidentes demoraron en varios minutos el inicio del show, pero cuando Rage Against the Machine aparecieron sobre el escenario desataron la explosión definitiva en el Estadio. Mientras la policía uniformada controlaba algunos desórdenes producidos en el acceso al estadio, que dejaron como resultado catorce detenidos, al interior del recinto el grupo protagonizó un concierto en que no se guardaron ninguno de los éxitos que la audiencia había querido escuchar por años en vivo.


"Testify" (1999), "Bombtrack" (1992), "People of the sun" (1996), "Know your enemy", "Bullet in the head" (ambas de 1992), "Guerilla radio", "Calm like a bomb" (ambas de 1999) y "Wake up" (1992) son algunas de las catorce canciones que la banda descargó en directo, de sus discos Rage Against the Machine (1992), Evil empire (1996) y The battle of Los Angeles (1999), marcadas por la dicción rabiosa de Zack de la Rocha y por el arma sónica que es la guitarra de Tom Morello, un hombre capaz de reinventar su instrumento y transformarlo en un aparato explosivo. El citado cierre con "Canción del minero", "Freedom" y "Killing in the name" (las dos del primer disco) consolidó un concierto esperado por años y anotado desde ya entre las jornadas más intensas del rock internacional en directo vividas en Chile.

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