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Adorable y memorable: Regina Spektor cautiva a cinco mil chilenos

La molestia por los 45 minutos de retraso con que la cantautora moscovita salió a escena se esfumaron con un par de coros adhesivos, un piano tocado magistralmente y el magnético encanto de su sola presencia anoche en Arena Movistar.

14 de Octubre de 2010 | 00:30 | Por Iñigo Díaz, Emol
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Pianística. Regina Spektor demostró que de verdad no necesita más que 88 teclas y una voz portentosa para atrapar al auditorio.

El Mercurio

SANTIAGO.- Es cierto que no fue lo mismo que con Lauryn Hill hace unas semanas en ese mismo reducto del Parque O’Higgins, ahora reducido en su dimensión para diseñar un espacio más cercano e íntimo con la artista.

Sin embargo los 45 minutos de retraso con que comenzó el concierto impacientaron a la fanaticada de Regina Spektor al punto de que las rechiflas sólo se terminaron en el instante en que ella entró al escenario.

Apenas le bastó despachar una serie de pocas canciones eficaces para cautivar a las cinco mil personas que ya venían hiperventiladas tras la jornada del rescate de los mineros de Atacama transmitida en directo por TV.

Justo el único día en que Regina Spektor permaneció en Chile coincidió con tamaña epopeya en el norte: "It was amazing" dijo a los capitalinos congregados en Arena Movistar y se llevó otra ovación automática de un auditorio que escuchó con respetuoso silencio las sesiones de piano y voz de Spektor.

De Rusia con mucho amor


Entonces la moscovita, conocida masivamente hace cuatro años por lindos cantitos en la canción "Fidelity" y por el piano a toda velocidad de "Us", de la película "500 días de verano", se impuso de inmediato con esas piezas rítmicas y melódicas al mismo tiempo.

"Eet", "Folding chair" y "Better" bastan para confirmar algo que parecía lógico: por sus discos más conocidos -Begin to hope (2006) y Far (2009)- ya sabíamos que ella era una muy buena cantante. Pero en vivo y directo se puede certificar que además es una brillante pianista. Y que no necesita de una banda para resplandecer.

Acompañada únicamente por una batería, un violín y un cello, y armada de una voz portentosa, afinadísima y perfectamente amplificada, mostró un lado más de lo que los estadounidenses llaman "chamber pop", es decir canciones acústicas que cuentan con magníficos puentes y coros y que se pueden cantar en pequeños escenarios. De este modo Regina Spektor resuelve cada brinco sobre las teclas y cada arpegio en el piano de cola Steinway & Sons de un negro perfecto, que al final le combina con su vestido, su maquillaje de muñeca rusa y su cabellera rojiza.

Ella puede pasar luego a un piano amplificado o a una guitarra eléctrica sin más compañía para cantar la estupenda "Bobbin' For Apples". Puede percutir una silla o decir "¡oops!" si es que trastabilla en la letra de una canción. Puede tocar un vals, una melodía gospel o una pieza dramatizada como "On the radio", "Laughing with" o como "Blue lips". Y de paso siempre tendrá la mirada profunda y una sonrisa dibujada en los labios de su gran boca. Con eso le basta para ganar una jugada más, como en su debut en Chile el día que el país celebró la nueva vida de 33 mineros.

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