Orquesta de Valdivia busca convertirse en el epicentro de la música de cine en Chile

VALDIVIA.- No han sido pocas las ocasiones en que compositores nacionales, después de escribir una partitura orquestal para una película chilena, se han topado con una pregunta que a veces ha imposible de resolver: ¿Quién la va a interpretar?

La carencia de conjuntos orquestales con la agenda despejada o simplemente dispuestos a participar en la grabación de una banda sonora, es una de las razones por las cuales muy pocas cintas nacionales cuentan con partituras ejecutadas a gran escala en vez de sonidos sintetizados.

La flamante Orquesta de Cámara de Valdivia quiere ocupar ese vacío, con un plan para convertirse en la principal agrupación dedicada a la musicalización cinematográfica, un proyecto que trabajan en cercanía con el compositor Sebastián Errázuriz, quien ha asistido en la producción de la música de películas como "Fuga" (escrita por Juan Cristóbal Meza) y "Santos" (con música del español Manuel Riveiro).

"Nos interesa salirnos de los moldes clásicos, porque somos de una generación distinta. Desde el principio quisimos relacionarnos con otras áreas", explica Cristóbal Urrutia, director artístico de la orquesta que este año ha empezado a sonar en la Región de los Ríos.

Su relación con Errázuriz comenzó cuando el autor de la ópera "Viento blanco" fue comisionado para crear una obra hecha para el estreno del conjunto. El vínculo cinematográfico que surgió se produjo posteriormente, gracias a una iniciativa inédita en el marco del Festival de Valdivia.

La orquesta se presentó en la noche inaugural del festival para ejecutar en vivo una partitura original –compuesta por Errázuriz- para el cortometraje "El último cuatrero", del riobuenino Armando Sandoval, realizado en 1953. La experiencia fue tan gratificante, que en estos días se ha gestado la idea de proyectar esa relación música-cine teniendo como capital a Valdivia.

Errázuriz es crítico ante el panorama actual de la música de cine en Chile, partiendo por los directores, quienes "generalmente tienen una idea bastante vaga respecto a lo que se quiere en cuanto a la música (…) Lo que sucede es que se le pide la música a un aficionado. A esa persona, que puede ser muy bonito lo que hace, se le da una responsabilidad que no corresponde", agrega el compositor.

Las experiencias de grabaciones de música con orquesta en Chile es muy reducida y Errázuriz cuenta una excepción, lo que ocurrió con "Santos", de Nicolás López, cuya música escrita por Manuel Riveiro fue grabada en cuatro días en el Teatro Oriente, en un esfuerzo de producción con escasos precedentes en el país. Esta semana el autor graba la música para "Atacama Fall", la nueva película de León Errázuriz ("Mala leche").

La idea de convertir a la Orquesta de Valdivia en la primera agrupación dedicada profesionalmente a la música para la pantalla, no choca con su plan de tener una agenda de presentaciones de música clásica y además generar lazos con el rock.

En el calendario habrá espacios para dedicarse a la grabación de música de cine, cuando se les solicite. Algo similar a lo que hacen, por ejemplo, la Orquesta de Praga o la Orquesta de Bratislava, que se transformaron en Europa en agrupaciones muy requeridas para la interpretación de música de cine. De hecho, la primera de ellas estará en Chile a fin de año para ejecutar música de cine junto al violinista Itzhak Perlman.

Hacer que la música de cine suene con estándares internacionales, tal como ya ocurre en otros aspectos técnicos del cine nacional, y hacerlo de forma viable económicamente, es una tarea que ya ha está en marcha. La misión también tiene una segunda parte: que los músicos aprendan de cine y que los propios directores entiendan el uso de la música.