"Caminos del Barroco" inicia en Chile homenaje a las independencias de América Latina

SANTIAGO.- “Chemins du Baroque” (Caminos del Barroco), el proyecto fitzcarraldiano que lidera el periodista Alain Pacquier con las espaldas musicales de Gabriel Garrido, suma 25 años tendiendo puentes entre Europa y América Latina con el objetivo de recuperar el patrimonio musical de "las Indias" y hacer escuchar la música barroca en contexto. No les importa tanto lo que las carabelas llevaron al Nuevo Mundo como lo que trajeron de regreso.

Esta tarea titánica —viable por el apoyo de la Fundación BNP Paribas— comienza a cerrar un ciclo este año; la idea es que cada país asuma, desde el Estado o los conservatorios, la misión que le corresponde en la preservación del patrimonio, su interpretación y divulgación.

El flautista y director Gabriel Garrido es una personalidad en el ámbito de la música barroca, adscrito a lo que se podría llamar "interpretación latina del Barroco".

"El primer impulso lo tuve mientras formé parte del Hesperion XX, con Jordi Savall, quien hacía música española con un idioma distinto, más latino, lo que en esos años era una novedad. Lo que Jordi había hecho con la música española, yo quise hacerlo con la latinoamericana, con la diferencia de que la música barroca española estaba disponible y la nuestra había que encontrarla", explica. "Aunque estaban las valiosas antologías de Robert Stevenson y Samuel Claro Valdés, casi partíamos de cero", agrega Garrido.

Lo que primero hizo fue viajar a la Chiquitanía (Bolivia) a buscar unos instrumentos llamados bajunes, porque se interesaba en encontrar una sonoridad distinta. "Allí permanecían el producto del esplendor catedralicio y también el de la humildad de las misiones. A través de Hans Roth conocí el tesoro de Chiquitos y luego viajé a Exaltación de la Santa Cruz para encontrar más material y descubrí que 36 cajones de partituras habían sido quemados en una especie de Auto de Fe postconciliar. Increíble, en pleno siglo XX".

Entonces cambió su mirada. "Conociendo lo que hay en Bolivia comprendí por qué no me interesaba el Barroco igual que como me interesaba el Renacimiento. Lo interpretábamos con una seriedad nórdica sin límites, sin ninguna exuberancia, lo que es falso, errado y aburrido. Creo que todo el Barroco nórdico es marginal, incluido Bach. Es el Barroco latino el central, y es el que dio la vuelta al mundo".

Solemnes vigilias

El primer acto de la gran clausura de esta etapa de "Caminos del Barroco" se realizará entre el 26 de octubre y el 10 de noviembre, y partirá en Chile. Bajo la dirección de Garrido, la Capilla Panamericana recorrerá la región andina y el cono sur para hacer un homenaje al bicentenario de la independencia de América Latina y el Caribe. Más de 200 músicos se movilizarán para interpretar las "Vísperas Solemnes de San Ignacio", con música de Roque Ceruti (1686-1760) y Domenico Zipoli (1688-1726), reconstituidas a partir de manuscritos milagrosamente conservados en Bolivia y Perú.

La columna vertebral de este oficio son los salmos y el Magnificat de Ceruti. Los salmos complementarios, villancicos y el Salve Regina son de Juan de Araujo, R. Jacinto de Chavarría y autores anónimos, entre los que parece estar el legendario Domenico Zipoli. El nuevo Teatro Municipal de Las Condes fue escogido como escenario. Los "Caminos" seguirán luego a Asunción, Posadas, Córdoba, Buenos Aires, Lima, Quito, Bogotá y Medellín.

El segundo acto tendrá a Francia por escenario, lo que renueva eso del viaje de regreso de las carabelas: entre el 12 y el 21 de septiembre de 2011, cinco regiones francesas, empezando por Lorena y del departamento de La Moselle, en colaboración con el teatro y centro cultural El Arsenal (Metz), acogerán más de 30 conciertos a los que acudirán los grupos y solistas de mayor talento descubiertos por el programa. El gran cierre será en París entre el 22 de septiembre y el 2 de octubre, en el Museo de las Artes Primeras (Quai Branly).

¿Quiénes componían?

"Durante los siglos XVII y XVIII, mientras en ciudades como Lima, Bogotá y México se siguió el modelo catedralicio, que imitaba las tendencias de Europa, en las reducciones se produjo el barroco misional, mucho más incorporado a la vida del pueblo", explica Alain Pacquier. Además, aborda una de las grandes discusiones suscitadas en estos 25 años: quién hacía la música en el Nuevo Mundo.

"Se ha dado gran importancia en América Latina a la obra del compositor toscano Domenico Zipoli. Era italiano y nunca visitó las misiones, pero su música fue copiada en ellas. Hay ocho obras que llevan su nombre, pero no existe ningún manuscrito autógrafo de Zipoli, de manera que no es justo mostrarlo como el gran compositor de las misiones. De hecho, hay quienes han llegado a poner en tela de juicio la existencia de Zipoli. La mayoría de las obras de Chiquitos son anónimas, no están firmadas. Eran los indígenas los que hacían la música; de esto cada vez tenemos mayor certeza, aunque algunos lo hayan negado. El padre Jaime Olivier dice claramente que los indígenas componían y que eran tan extraordinarios músicos que a menudo se les comparaba con los mejores de Europa".

En 2011, sellará la historia de esta aventura cultural un libro de Bernard Mérigaud, periodista que siguió el proceso completo.