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El imperio de las canciones

Acaban de lanzar Musa y ya tienen planes de hacer otro disco. Este trío de rock y pop tiene clara la película, aunque sabe que la industria nacional sigue aletargada. Sobre melodías, grabar discos y el vicio de lo cool conversó el "vocero" y compositor de la banda, Felipe Schuster.

04 de Noviembre de 2010 | 13:32 |

Lo primero es el nombre: Hic Sunt Leones. Una frase acuñada en el  Imperio Romano ("aquí están los leones") entre canchera y heroica, que reforzaba sus campañas expansivas. Es cosa de escuchar su disco Musa para que cobre un sentido.

Se trata de un rock melódico de guitarras que oscila entre lo melancólico y lo rabioso. Una característica de gran parte del rock nacional emergente. O más bien de ese rock que en otros países llaman "callejero" o "urbano" y que acá vive separado del hype, léase copmo bandas cumbia, folk o electropop que aparecen en revistas de tendencias.

Musa es el sucesor de un debut homónimo de 2006 y está marcado por el terremoto de febrero pasado, además de un "aprendizaje", como señala Felipe Schuster (voz y guitarras), quien junto a Kiko Sepúlveda (bajo) y Camilo Artigas (batería) completan la agrupación.

-Soy el vocero -dice Schuster entre risas al señalar que cumple la misma función que María Tralcal, la joven vocera de los mapuche.

El disco no sólo los dejó con ganas de salir a mostrarlo, sino que también para grabar otro lo más pronto posible. Una de las facilidades de trabajar independientes en un contexto musical donde "sobra talento y falta industria".

-Por las notas interiores del disco, se demoraron más de un semestre en terminarlo...
-Fue un proceso de mucho aprendizaje. El terremoto nos anduvo atrasando porque el estudio donde trabajábamos se vio afectado y la sala en el barrio Yungay quedo inhabitable. Estuvimos más de un mes sin poder grabar. Fue un trabajo muy dedicado donde cuidamos cada detalle.

-Ustedes debutaron como banda el 2006. ¿Cuáles son los cambios más notables entre ambos registros?
-Salvo yo, todo lo demás ha cambiado. Al principio éramos yo y un primo. Nos juntamos con un productor y sin pensarlo mucho empezamos a maquetear algunas canciones que teníamos. Nos fuimos entusiasmando y terminamos con un disco bajo el brazo. Lo lanzamos el 2007 con músicos invitados, y desde esa época han pasado muchas cosas. Se incorporó Kico Sepúlveda en el bajo. Probamos varios bateristas, hasta que se afirmó Camilo Artigas y empezamos a trabajar con Pablo Stipicic. Con él trabajamos las canciones y produjimos el disco. El sonido ahora está mucho más maduro, más trabajado y mejor logrado.

-Si tuvieras que señalar los grandes logros a nivel de composición y sonido de este disco, ¿cuáles serían?
-Componer es un proceso muy natural en mí. Hago melodías desde que tengo memoria. Probé muchos instrumentos, violín, flauta, guitarra, pero me aburría. Lo mío era componer. Creo que si uno va a escribir canciones debe partir desde sus propios sentimientos.

-Es lo básico, ¿no?
-Es la única manera para que el resto pueda identificarse. Al final, todos vivimos cosas más o menos similares. La composición y cualquier creación artística es parte de un proceso. Por eso, siempre hay que estar moviéndose y probando. Musa es parte de eso, de este proceso creativo.

-Noto a Hic Sunt Leones -y a este disco en particular- muy interesado en los estribillos y las melodías. ¿Crees que por mucho que se haya avanzado, las bandas de acá aún le hacen el quite a la vocación masiva?
-Es cierto. En algunos músicos hay un "complejo" en sonar muy pop. Se enredan en poses y sonidos. Una onda medio cool. ¡Hasta cantan en inglés!. Cosas que a mí nunca me han interesado. Me aburren la verdad. Pero no son todos y cada vez son menos, como tú dices.

-Al lado de la cordillera está más asumida esa cosa de canciones simples para los del barrio...
-Es curioso que aquí nos encantan los argentinos, que hacen todo lo contrario: van al grano y son auténticos. Entonces hay que hacer eso mismo, sin miedo. De todas formas no hay nada planificado, las canciones de Musa son así porque así salieron. Mientras más directo pueda llegar el mensaje, mejor.

-Los Tres acaban de lanzar disco nuevo. Pero compiten con decenas de microescenas que antes no existían. ¿Crees que esta dispersión de sellos, escenarios, propuestas es bueno para las nuevas bandas?.
-Falta industria y sobra talento. Estoy convencido de eso. Pero es cosa de tiempo, de a poco se irá armando. La base está a la vista. En nuestro caso todo está producido de manera absolutamente independiente.

-¿Cómo trabajaron las canciones?
-Yo trabajo la melodía y letra. Esa parte la llevo lista a los ensayos. Ahí se define el enfoque de la canción, sin darle muchas vueltas tampoco y luego se pasa a la producción donde con más calma van tomando forma los arreglos y sonidos definitivos. Es un muy apasionante la gestación de cada canción.

-Esto de hacer un disco clásico de guitarras, batería y bajo fue intencional? Esa fórmula ayuda a que las canciones lleguen a buen puerto, en lugar de meterle secuencias y soniditos locos...
-No hay que perderse en eso. Más aún en nuestro caso, donde lo importante es la canción, es decir, la melodía y letra. Lo demás debe respetar esa esencia si no se transforma en ruido que sobra y molesta.

-¿Cuáles son los planes de lanzamiento del disco?
-Lo presentamos el  miércoles en Bar Constitución. Ahora queremos tocar harto y empezar a trabajar en un tercer disco al tiro. Las canciones ya están. Logramos agarrar un ritmo muy sólido de trabajo, por lo que el próximo disco debiera estar el próximo año a lo más. Sobre expectativas, ojalá las canciones lleguen a la mayor cantidad de oídos posible. Todo este proceso se completa y cobra sentido cuando una oreja ajena escucha la canción y la hace suya.