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Te lo escribe La Noche

Con música en vivo los gestores de esta revista independiente y gratuita celebrarán los dieciséis años desde su aparición en 1994, y cumplen un año desde su relanzamiento en 2009. "Muchos confundían el nombre de la revista con el grupo musical", dice aquí su editor a propósito del regreso en el nuevo siglo. Pero "La Noche", la revista, viene de antes. Y no está en la web. Sólo en el papel.

10 de Noviembre de 2010 | 03:27 |

Eran otros tiempos. La primera época data de 1994 a 1998, cuando la revista "La Noche" circuló para tomar el pulso del Santiago nocturno de los años '90, con música, cine, teatro, literatura, danza y otras disciplinas entre sus páginas gratuitas. La segunda época en cambio es la actual, y con aniversario a la vista: este medio independiente llega a los dieciséis años el 10 de noviembre (ver recuadro) y al mismo tiempo cumple un año desde que volviera a salir a la callle en noviembre de 2009.


La del miércoles va a ser una celebración con música en vivo en el bar 35 MM. frente a la Plaza Ñuñoa en la capital. Tal como en 2009 el invitado al relanzamiento de la publicación fue el guitarrista de jazz Raimundo Santander, en esta ocasión las canciones estarán a cargo de Pía Carpanetti, una emergente cantante chilena que luego de integrar un grupo llamado Pía y los Carpanettis ahora sale a escena como solista, y es convocada a la fiesta a un año de la reaparición de "La Noche".


-La revista estuvo hibernando durante once años en un sueño llamado "los 90" -dice Jaime Piña, fundador de esta publicación en 1994 junto al periodista Sergio Paz, y su director hasta hoy-. Aquel tiempo fue de liberación. Veníamos de un período oscuro donde la noche santiaguina abría sus puertas a una oferta que invitaba a vivir mejor, a disfrutar de una supuesta "alegría" que iba a llegar, luchando por las libertades individuales y la promoción de actividades culturales que habían sido reprimidas.


-¿Y ahora?
-Al despertar hoy llegó a un país sobresaturado de ofertas y estímulos, donde muchos confundían el nombre de la revista con el grupo musical. Con el correr de los meses vino el terremoto y se generó un conflicto, nadie quería publicitar, pero la instalación fue un proceso basado en la experiencia que viví en los '90 con mucho trabajo y creatividad.


-¿Qué cosas dirías que se mantienen de la revista y qué cosas cambiaron, en relación con la primera época, del 94 al 98?
-Lo que se ha mantenido inalterable es que transitamos vestidos de guía pero somos una revista cultural, donde se reflejan, sin censura, todas las visiones que quieren manifestarse en la noche de Santiago. Lo que ha cambiado es la dinámica de colaboración. Todo se hace por mail, a distancia.


-¿Y cuánto ha cambiado también la ciudad que retrata la revista retrata? ¿Cómo está Santiago ahora en ese sentido?
-Tengo la impresión de que la noche de Santiago antes habitaba en un circuito más pequeño, donde todos nos conocíamos y nos encontrábamos en los mismos lugares. Hoy la oferta es inmensa, todos los días suceden cosas y muy buenas -dice, y pone a modo de ejemplo lugares como Bar Catedral, UVA, Cine Arte Alameda y Thelonious-. Esta es una "guía urbana" de referencia de lo no establecido, de los temas más subterráneos y que aún no ven la luz en las grandes audiencias. "La Noche" abre sus páginas a lo nuevo que viene y apuesta por su impacto.


-¿Cómo recuerdas al Santiago de la época de la transición, cómo quedó retratado también en la revista?
-Curiosamente fuimos modernos y alternativos al mismo tiempo. Nadie se explicaba cómo personas que venían de la marginalidad cultural podían instalar un medio gratuito con las herramientas del mercado y financiado por empresas. Era impensable, una iniciativa inédita hasta ese minuto. Parte de ese emprendimiento lo aportó mi ex socio Sergio Paz. El entusiasmo por publicar en La Noche tenía que ver con las ganas de abrirse paso con los dientes para realizar nuestros sueños. Las plumas que transitaron hoy tienen gran reconocimiento y gozan de buena salud, como es el caso de Marcelo Mellado (escritor y actual columnista del periódico "The Clinic"), que fue un excelente director de "La Noche".


En el papel


Diecinueve números tuvo "La Noche" en su primera  época de 1994 a 1998. Mucho más regular ahora, suma diez ediciones, a raíz de una por mes, desde la reaparición de la revista en 2009.


Entre esos números recientes han sido publicadas notas sobre músicos como Pedropiedra y animadores como Sergio Lagos, cuentos eróticos del escritor León Pascal, una nota del sastre y diseñador Atilio Andreoli a la artista plástica Emma Malig, artículos del archivo del eminente periodista y crítico cultural Hans Ehrmann, reseñas musicales desde Miami con la corresponsal Leslie Ames, colaboraciones sobre música del cantante y compositor Rudy Wiedmaier, revisiones del jazz chileno contemporáneo en conjunto con el poeta Erwin Díaz, gestor del club Thelonious, y entrevistas a dueños o administradores de clubes y bares.


-¿Cómo ves el circuito de la prensa independiente en Chile ahora?
-Es abismante la estampida que han sufrido los medios independientes. Al menos circulando en la noche no hay ninguno con quien toparse. Alguna vez vi "Santiago B", una guía que emulaba el mismo formato nuestro, así como una revista llamada "Living". No hablo de los medios que circulan en quioscos porque no les veo futuro, de hecho "La Noche" entró en los quioscos durante tres ediciones y significó la quiebra total. Me gustaría que hubiera más medios independientes, con nichos distintos, y que si nos topamos pudiéramos fusionarnos, aunque siempre sea difícil asociarse. La diversidad de medios aporta puntos de vista enriquecedores para la sociedad.


-El año pasado tuviste en la presentación de la revista a un guitarrista de jazz, Raimundo Santander, y ahora a Pía Carpanetti. ¿Qué rol juega la música en la revista, como contenido y también como inspiración? ¿A qué cosas de música nueva ha tomado el pulso "La Noche" este último año?
-Sorprendentemente la música se ha robado el corazón de "La Noche". En sus páginas más del ochenta por ciento es música. Los circuitos de la noche de Santiago viven la música como el alma de la fiesta, siempre llega material de discos y bandas nuevas que se abren paso. Intentamos encontrar valores nuevos y rescatar lo viejo, hay algo sublime en la música que no tiene que ver con la taquilla, sino con la nobleza de la sociedad. Me llama la atención el retorno de la cumbia, así como el retorno de los cantautores, desde el experimentado Rudy Wiedmaier hasta Pascuala Ilabaca, Chinoy, Manuel García y ahora Pía Carpanetti. Es un espiral ascendente que repite su ciclo en un nivel superior.


-¿Qué te llamó en particular la atención de Pía Carpanetti, cómo la conociste y qué música hace?
-Es música fuerte, con emoción. Viene de una mujer que si bien es muy joven aporta una visión que encierra algo trascendente. Mi amistad con Rudy Wiedmaier y su larga experiencia de tocatas en locales fue fundamental en la elección, un día me la recomendó, me dijo que la escucháramos y nos gustó mucho.


-Llama la atención que sigan haciendo la revista en papel. ¿Por qué? ¿Es romanticismo, una cuestión de principios, o hay ventajas en sacar una revista en papel que Internet no puede dar?
-El romanticismo está en el alma de los editores, que buscan afirmar un proyecto tan difícil como un medio en un país tan poco caballero, de tanta envidia y mirada de corto plazo. El papel impreso siempre será algo personal que viaja con uno, lo guardas en tu bolsillo y lo lees cuando y donde quieras, es un secreto y el sentido del tacto en tus manos te permite sentir y reflexionar. La Internet es fantástica y me impresiona, sin embargo no es el vehículo de "La Noche". Prefiero la interfase física a la virtual por ahora.

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