La célebre finalista del concurso "Britain's got talent" -cuya franquicia nacional es "Talento chileno" de CVH- regresa con un disco navideño. La misma tapa marca un cambio respecto a su debut I Dreamed a Dream (2009). Si en esa grabación aparece tímida, tapándose el rostro con las manos, acá se ve seria, con peinado de peluquería y con una estrella iluminándole el camino. Puede parece gracioso, pero no lo es. Con The gift, esta escocesa pretende convertirse en algo más que la mediática ama de casa que descubre que tiene buena voz.
Si en el debut encaró el "Wild horses" (Rolling Stones) o "You'll se" (Madonna), acá lo hace con "Perfect day" (Lou Reed) o "Don't dream it's over" (Crowded House). Y tal como en el primero el resultado no es tan empalagoso como se podría esperar. Por supuesto que las versiones sanitizadas y orquestadas salen perdiendo frente a la original. Pensamos en la ultraversionada pieza de Reed. Si en la original queda bastante claro que es un adicto cantándole a la heroína, Boyle la convierte en una canción de amor ideal para su lucimiento vocal. Lo mismo pasa con el "Hallelujah" de Leonard Cohen.
La parte explícitamente "cristiana" está muy cuidada. "Do you hear what I hear?" termina con coros angelicales, una base electrónica y conjunto de cuerdas. "O holy night" está cantanda de manera tan impecable que no se entiende como nadie daba un peso por ella antes de la televisión. Lo mismo pasa con "Make me a channel of your pace", la oración atribuída a San Francisco de Asís ("Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz / Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría / Hazme un instrumento de tu paz"). No es casual que Boyle aún siga ligada a su comunidad de base católica escocesa. The gift si congeniamos con la cantante, podría convertirse en uno de los discos navideños-adultos de la temporada.
—JC Ramírez Figueroa