La cinta dirigida por De la Iglesia trata de dos payasos que se enamoran locamente de la misma mujer.
ReutersMADRID.- No es un estreno más para el director vasco Alex de la Iglesia, quien al presentar hoy en Madrid "Balada triste de trompeta" estaba mucho más relajado que hace unos meses en Festival de Venecia, donde fue proclamado mejor director y mejor guionista por esta oscura comedia ambientada en los estertores del franquismo.
Antonio de la Torre y Carlos Areces dan vida a dos payasos que se enamoran locamente de una misma mujer, la trapecista que interpreta Carolina Bang. "Sus sentimientos y sus pasiones se ven condicionados por un pasado", dijo hoy De la Iglesia en el Circo Price, el lugar escogido para presentar la cinta.
"Su pasado les marca y les genera un sentimiento de culpa y ese sentimiento les amarga, les empuja hacia la ira o el ansia de venganza, y eso es lo que les conduce inexorablemente hacia la perdición".
"Yo me siento así también -continuó-. Yo creo que todos tenemos un pasado terrible que de alguna manera nos ha marcado y ese pasado no es culpa nuestra. No somos responsables de aquello que ocurrió", explicó De la Iglesia, director nacido en la ciudad de Bilbao en 1965.
El realizador vasco defendió su trabajo, que llega a los cines españoles el 17 de diciembre, como una comedia, porque la comedia es el lenguaje de los dioses: "Y no creo que ningún Dios sea serio", apostilló.
Sus protagonistas son payasos porque estos personajes entrañables del circo constituyen "un símbolo perfecto de la condición humana".
"Nosotros no somos el rey Lear, no somos Macbeth, no somos Hamlet, somos payasos. Somos gente que se disfraza para salir a la calle e intentar sobrevivir. Mantenemos una especie de postura absurda de respetabilidad. Intentamos ocultar nuestras miserias continuamente y sobre todo intentamos ocultar nuestros miedos a cambio de sustituirlos por otros ficticios y no los reales", explicó el cineasta que antes de ponerse detrás de la cámara pasó por la facultad de filosofía.
"Balada triste de trompeta" debe su título a una canción del incombustible Raphael, que acaba de celebrar sus 50 años sobre los escenarios y que colaboró doblándose a sí mismo. Esa canción fue el pistoletazo de salida para la película con referencias verídicas a la situación de España principios de los años 70, cuando murió el entonces primer ministro Carrero Blanco en un atentado en Madrid, que De la Iglesia reconstruye en su película.
Lo bueno del cine -explicó- es que es "como convertir el barro en algo que funcione, es como hacer un belén, es jugar con barro y con figuritas generar una especie de drama-ficción en el que los problemas y los muertos que tienes en tu interior surgen, se limpian, se ordenan y se clasifican y luego vuelven a donde deberían volver y de alguna manera se liberan".
Excesiva y por momentos barroca, divertida, sombría, brutal y esperpéntica, "Balada triste de trompeta" es sin duda la producción más personal del director de "El día de la bestia" o "La comunidad", sobre todo porque ha decidido volar solo ya desde el momento de concebir la historia y se ha apartado de quien ha sido su fiel apéndice en la escritura de sus películas, Jorge Guerricaechevarría.
Venecia distinguió ese paso "más expresionista y con un toque documental", según palabras del propio cineasta, con un premio al mejor guión, aparte de nombrarle mejor director. Como presidente de la Academia del Cine español, el cineasta considera "fatal" que la película pueda ser candidata a los premios Goya y aseguró que llegó a pensar en no presentarse, pero tanto productores como actor es se lo recriminaron.
El 11 de enero se conocerá si vivirá una ceremonia relajada como presidente o con los nervios propios de todos los candidatos.