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Llega a Chile el libro de cabecera de los indignados europeos

En "¡Indígnate!", un veterano de la Resistencia Francesa llama a no quedarse sentado ante las injusticias modernas, sino a abrir los sentidos para impregnarse de la más profunda y movilizadora indignación.

09 de Junio de 2011 | 16:07 | Por Sebastián Cerda, Emol
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''¡Indígnate!'' no apunta a propuestas ni a análisis profundos. Su objetivo es abrir los ojos de los lectores, para que desde ellos se generen los movimientos.

Planeta

SANTIAGO.- Dicen que en las plazas de Barcelona o Madrid hay una escena que se repite: En sus momentos más calmos, cuando no están manifestándose activamente, entre las manos de los "indignados" circula un mismo libro, original o fotocopiado, que se lee como la Biblia.

Claro que a diferencia del grueso volumen sagrado, éste tiene apenas 60 páginas, y no fue escrito por un profeta o un iluminado, sino por un ex diplomático que participó en la resistencia francesa y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Se trata de "¡Indígnate!", volumen que desde esta semana se encuentra también en Chile (Imago Mundi, $5.000) y que redactó el francés de 94 años Stéphane Hessel. Un hombre que debe estar feliz con la escena descrita, pero no con aquella que muestra a su libro teniendo éxito, leído en la vía pública, sino con la anterior. Ésa que muestra a miles de personas reunidas en plazas, en un movimiento que ha capturado la atención de toda Europa.

Porque el fin que persigue "¡Indígnate!" es precisamente ése: La indignación popular, el fin de la indiferencia, y la adopción de lo que Hessel llama "insurrección pacífica".

La teoría es simple: No hay reacción (ni transformación) sin indignación. Es ésta el catalizador que pone en movimiento las acciones de los ciudadanos, que permitirán hacer frente a situaciones injustas e indeseables. No hay que aceptar todo como un orden establecido. Si algo no anda bien, aquello debe indignarnos.

Hessel recuerda cómo él y sus contemporáneos se indignaron con los horrores del nazismo, con la ocupación alemana, los estados totalitarios y el colonialismo, lo que llevó a cambios profundos en Europa y a una serie de conquistas sociales.

Sin embargo, la situación hoy es distinta, y "las razones para indignarse parecen menos nítidas o el mundo, demasiado complejo", advierte el autor, quien llama a no dejarse abatir por esa calma aparente. "A los jóvenes, les digo: Miren a su alrededor, encontrarán los hechos que justifiquen su indignación".

Hessel encontró los suyos: Las amenazas y recortes a la seguridad social, la creciente desigualdad, el enriquecimiento desenfrenado de algunos y la situación en la Franja de Gaza, entre otros.

Todas situaciones hacia las que el autor expresa su indignación con buenas razones, pero no mucho más. Porque éste no es un libro de propuestas, sino de protesta. Un remezón a los indiferentes, un llamado a las nuevas generaciones. La siguiente etapa, eso que viene después del enojo, tendrá que venir por cuenta de los lectores.

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