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Roberto Farías, el camaleón del cine chileno que de boxeador gay pasó a ser director

Participó en las dos películas nacionales que han logrado atraer más público este año, ganó un premio en Lisboa, se aventuró como realizador y ahora sueña con juntar a Zalo Reyes y Luis Dimas en la pantalla grande.

13 de Octubre de 2011 | 13:42 | Por Felipe Vásquez, enviado especial a Valdivia
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Farías asegura que su papel en ''Mi último round'' es su ''rol del año''. Para dar con el personaje, pasó meses boxeando.

El Mercurio

VALDIVIA.- El bajo perfil que ha cosechado Roberto Farías durante su carrera actoral, este año simplemente no le funcionó. Fue elogiado por su papel de violento prófugo en "03:34", apareció en la taquillera "Violeta se fue a los cielos", fue premiado por su rol de boxeador homosexual en Lisboa y ahora luce su nueva faceta como realizador con "Quiero entrar", que hoy tiene su estreno en competencia en el Festival de Cine de Valdivia.

Es uno de los personajes del año del cine chileno y no es casualidad, pues ahora recién cosecha los frutos del exigente trabajo que ha realizado en años anteriores: pasó ocho meses entrenando para encarnar a un boxeador en "Mi último round" y llegó a estar filmando otras tres películas a la vez: "03:34", "Violeta se fue a los cielos" y "La pasión de Miguel Ángel". Dos de ellas ya se estrenaron y han sido los mayores éxitos de taquilla del cine chileno en esta temporada.

"En '03:34' pude hacer un personaje que antes nunca me daban: el malo, malo de verdad, pero con historia, con contenido e interioridad (...) Lo tenía que hacer con mucha energía, contemplar mucho, engrupirme, echar chuchadas a todos. No dejaba que el director me tocara. Entendieron que no me tenían que hablar, porque necesitaba una cuota muy grande de energía como para impresionar, para que me creyeran que era el que venía saliendo de la cárcel y quería pegarle a todos", comenta sobre su temible rol.

Pero de un momento a otro, su rostro debía transfigurarse para pasar al set de "Violeta se fu a los cielos" para interpretar a Luis Arce, el segundo esposo de la artista, y luego otra vez para interpretar a un fotógrafo en "La pasión de Miguel Ángel", película de Esteban Larraín.  "Como exigencia actoral fue intenso, con un mes y medio en que estaba haciendo tres películas, corría de una a la otra. Tenía que tener muy claro lo que estaba haciendo", explica.

En la cinta de Larraín interpreta a un "típico fotógrafo de provincia", que es quien le toma una famosa instantánea a Miguel Ángel, el llamado vidente de Peñablanca, que en 1985 decía tener visiones de la Virgen. "Después se genera toda esa mezcla, con gente que creía que era cierto, otros no, estaban metidos los milicos, la CNI, etc.", comenta Farías, quien adelanta que ya existe un primer corte de la cinta y estaría lista el próximo año.

Pero antes, en noviembre, llegaría a las salas la esperada "Mi último round", de Julio Jorqueira, que se estrenó el 2010 en el Festival de Valdivia y este año se ha paseado por varios certámenes. Entre ellos, el de cine gay Queer Lisboa, donde Farías recibió el estímulo al Mejor Actor.

"Si hablamos de cuál sería mi 'rol del año', es éste, el de 'Mi último round' ", afirma Farías con evidente orgullo. "Estuve ocho meses entrenando sólo para esa película. Independiente de las otras cosas que hice, es el más profundo, porque viví ese mundo, me metí en el boxeo, me agarré a combos, me soltaron los dientes, me noquearon. Las peleas fueron de verdad, dos o tres días arriba de un ring grabando sin parar todas las peleas, todas las coreografías. Para mí como actor fue bien duro, bien intenso y me la pude, y ése es el logro. Siento que es un gran rol", resalta.

Su nuevo papel detrás de las cámaras

Como si fuese poco, Farías también cambió el foco de su trabajo y se entusiasmó con terminar su debut como director que había dejado botado hace un par de años ("soy un poco disperso", advierte), "Quiero entrar". El detonante fue cuando entraron a robar a su hogar y casi pierde la película, que había quedado en manos de Niles Atallah —el director de fotografía— apenas unos días antes.

La cinta, que no se define entre la ficción y el documental, pero que su creador la expresa como "una experiencia sumamente fresca", se basa en la historia de Eduardo Orellana, un hombre que sueña con entrar al selecto mundo de la televisión, y que en la película se interpreta a sí mismo. El elenco que lo acompaña es innumerable: Marcial Tagle, Catalina Saavedra, Alejandro Trejo, Willy Benítez, Francisca Lewin, Diego Casanueva, Daniel Alcaíno y un largo etcétera.

"Me empezó a seducir ese mundo. Sin pedir plata ni un fondo, la suerte es que tengo muchos amigos, todos actores y buenos, reconocidos. Entonces tuve que hacerme de esos amigos, que creyeran. Y fue una fiesta. Tengo la sensación de que lo pasamos muy bien", comenta sobre la grabación, que consistía en llamar a los actores para tramos de tres horas y les daba instrucciones básicas en el momento que llegaban. No había guión escrito y todo era natural, sin "egos".

"En la actuación uno está al servicio de un guión y un director, acá es tu visión, es tu mirada, apoyado de mucha gente. Yo quería hacer un corto o mostrárselo a mis amigos, pero nada más, si es que salía. Ése era mi sueño. Y ahora está acá (en la competencia chilena del Festival de Valdivia)", añade.

Si bien Farías sabe que se gana la vida como actor, tiene otra obsesión para volver a ponerse detrás de las cámaras, un proyecto titulado "Baretta". Sí, tal como aquella vieja serie televisiva, que sirve como inspiración para un relato que buscaría reunir nada menos que a Luis Dimas y Zalo Reyes en pantalla.

"No sé si van a aceptar, los estoy tratando de convencer", advierte de entrada. "Luis Dimas como el policía de capa caída y Zalo Reyes como el malo, donde uno busca al otro, y hay todos unos mundos entre medio que deben atravesar, exorcizar demonios. Contándola es muy interesante, pero no sé cómo va a quedar. Voy a lanzarme, con las lucas que pueda, con la cámara que pueda", adelanta.

Al menos por energía, entusiasmo e ideas, a Farías aún le quedan varios rounds.

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