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Wrecking Ball

El décimoseptimo álbum de "El jefe" vuelve a reflejar su interés por la clase trabajadora, esta vez con el movimiento anti Wall Street como trasfondo de sus composiciones.

14 de Marzo de 2012 | 19:38 |
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Puede que no tenga ese aullido de antaño. Mal que mal, han pasado más de tres décadas desde que un joven Bruce Springsteen entrara a revolucionar al rock de estadios con himnos imperecederos protagonizados por personajes de carne y hueso. Pero a la altura de su disco número 17, sigue maravillando lo asertivo que es "The Boss". Es como si nunca, en toda su trayectoria, haya dejado de desenmascarar la verdad del famoso "sueño americano".

En Wrecking ball, la metáfora resulta evidente y necesaria, más aún en los tiempos en que aparecen movimientos ciudadanos por Estados Unidos y el mundo dispuestos a luchar por la equidad en todo sentido. Y eso Springsteen lo deja claro en el inicio, con "We take care of our own", un rock sólo atribuible a su autor, de esos para cantar alto y fuerte. De la misma forma se articula el discurso en los siguientes temas, "Easy money" y "Shackled and drawn", con sendos textos que más que apuntar a culpables, muestra el cotidiano de las víctimas de un sistema financiero y cómo estas, a pesar de los problemas, siguen adelante.

En ese sentido, este nuevo trabajo de Springsteen remite a varios de los mejores pasajes de su música. Como en Nebraska (1982), las historias que cuenta el "Jefe" están adornadas no con la ira. Más bien, es el deseo de seguir adelante pese a la pésima situación. De eso es lo que hablan canciones como la sentida "Jack of all trades" o la directa "Death to my hometown". De la misma forma, "The Boss" no pierde su conexión con la raíz profunda de su sonido y eso se manifiesta a través de "Wrecking ball", otro surco que seguramente será un nuevo himno en el retrato que el músico hace de la sociedad.

Es claro que Springsteen no necesita de reinvenciones ni obedece a modas. Por años, esa ha sido su filosofía y en este registro regresa a su rol de observador y creador de historias protagonizadas por el "ciudadano de a pie". Y sí, puede que no tenga la fuerza de antaño, pero con el tiempo el "Jefe" se ha puesto mucho más agudo y sabio, características que se plasman en esta nueva producción en la que sigue mostrando al mundo las historias ocultas de la "working class".

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