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Autoridades chinas obligan a Ai Weiwei a poner fin a su "reality"

El artista chino alcanzó a estar dos días mostrando su vida cotidiana por internet, en una maniobra que respondía a la instalación de cámaras de vigilancia en las afueras de su casa.

05 de Abril de 2012 | 12:06 | EFE
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Ai Weiwei y su camarita amiga. La policía lo obligó a desconectarlas.

AFP

BEIJING.- Apenas dos días después de poner en marcha su "Gran Hermano" casero, el artista y disidente chino Ai Weiwei, en régimen de libertad vigilada desde junio, tuvo que apagar las cámaras que había instalado en su casa, a instancias de las autoridades chinas.

"Recibí la orden de apagarlas, pero no me han dado ninguna explicación de por qué", declaró Ai desde su estudio del barrio de Caochangdi, donde están reagrupadas las galerías artísticas de vanguardia y en el que hacía menos de 48 horas había colocado varias cámaras para que los internautas siguiesen su vida en directo.

El artista insistía hoy en que la exposición de su intimidad suponía un "regalo al público", pero también una ofrenda a la "seguridad pública", en alusión a las quince cámaras de las autoridades del régimen comunista que cercan el terreno de su vivienda y siguen, día a día, sus movimientos.

El artista, famoso entre otras cosas por su colaboración para la construcción del estadio olímpico de Beijing, afirmó no estar "ni triste, ni contento" con el resultado de su orwelliana iniciativa, y tampoco se aventuró a anunciar cuál será su próximo movimiento, en el pulso que mantiene con las autoridades desde hace un año.

Weiwei permaneció detenido durante 81 días sin cargos entre abril y junio de 2011, y fue acusado posteriormente por las autoridades chinas de evadir más de dos millones de dólares de la compañía en la que trabaja, multa que pudo afrontar gracias a las donaciones de más de 30.000 compatriotas.

Cuando encendió las cámaras el pasado 3 de abril, se cumplía justo un año desde su detención, inicio de un tira y afloja entre el disidente —uno de los más conocidos fuera de las fronteras chinas— y el gobierno de Beijing.

No es casualidad que Weiwei utilizara el espacio cibernético para reivindicarse, ya que se trata de una tendencia entre la sociedad china más joven que inquieta al gobierno de local desde que el pasado año se promoviesen revueltas a través de las redes, a imitación de las árabes.

El último paso contra la libertad de expresión ocurrió el pasado sábado, cuando el gobierno anunció el cierre de 16 sitios web, censuró dos populares redes sociales y detuvo a seis personas en relación con la divulgación de rumores que apuntaban a un posible golpe de estado en China.

Esta operación de "limpieza" de los contenidos "perjudiciales" en internet, llamada "Brisa de Primavera" por la policía, se saldó en el mes de marzo con la detención de un millar de personas acusadas de distintos tipos de delitos informáticos.

Precisamente a través de Twitter, bloqueada por China y sólo accesible mediante la contratación de un servidor externo, Weiwei se despidió de la vida en directo: "Adiós a todos los voyeurs", anunciaba en su cuenta, "hace cuatro minutos las cámaras han sido desconectadas".

Pero Ai no parece estar solo en la pugna por la liberalización del espacio virtual, ya que la rama china del movimiento global Anonymous atacó en los últimos días cientos de páginas gubernamentales del país, dejando mensajes en los que pide a los internautas que se "levanten contra la tiranía".

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