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Ni los cambios a último momento ni el frío, evitaron que en su primera edición el festival metalero lograra una masividad y una pulcritud organizacional que ya se quisieran otros eventos de esta magnitud. Con este primer apronte, se confirma que Chile es plaza segura para los números de metal ya consolidados, como las apuestas que marcan tendencia en festivales de Europa y EE.UU.

03 de Mayo de 2012 | 14:17 |
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Anthrax fue uno de los números más fuertes en esta versión del Metal Fest, un evento que tanto a nivel organizacional como artístico, superó las expectativas de los fanáticos de las distorsiones.

Cristián Soto L.

Observado bajo el prisma de la distancia, lo primero que habría que decir de las dos jornadas que duró el Metal Fest es que, para los amantes de la música más extrema, todo resultó de maravillas. Tanto las bandas (nacionales y extranjeras) como el nivel del espectáculo ofrecido, sin dudas que fueron todo lo que un fanático del metal deseó o, por lo menos, esperó en algún minuto.

En este sentido, y a excepción de nombres específicos dentro de la parrilla ofertada, este primer apronte del festival metalero entregó números probados, sin que ello fuese algo criticable. Es más, la elección de bandas como Anthrax, Kreator, Exodus o Blind Guardian —los primeros tres de claro corte thrash; los últimos, más ligados al power metal y al heavy más clásico— son, a modo de resumen, lo que el fanático chileno del metal esperaría.

De ahí que la inclusión de números como los daneses Volbeat, la segunda visita de Kyuss Lives! o The Misfists generaran cierto resquemor y trajeran a la mente el recuerdo de 1996, cuando en una decisión poco atinada de la producción de entonces, mezclada con una falta de respeto increíble, llovieron botellas sobre los Héroes del Silencio, quienes tuvieron la fatídica misión de salir antes que Iron Maiden.

Por lo mismo es que estos nombres son los primeros, porque si bien una mínima parte del público pifió derechamente a los dos primeros, lo cierto es que la mayoría los escuchó en silencio y, digámoslo, a más de alguno le pareció interesante la propuesta de los de Dinamarca. Con un set dinámico y tratando siempre de entablar nexos con el público, Volbeat logró entusiasmar. Con Kyuss Lives!, sin embargo, el sonido mismo de la banda y la poca empatía de John García con el público, hicieron que las revoluciones bajaran.

The Misfists es un tema aparte, porque por problemas en su vuelo debieron quedar para el final de la jornada, detrás de Kreator. Igualmente, aunque el grueso del público dejó el Movistar Arena luego de la presentación de los alemanes, hubo un buen número de personas que quiso ver a Jerry Only y compañía desempolvar los viejos estandartes del "horror-punk".

Antes de analizar los números fuertes del evento, hay que evidenciar que el metal criollo sigue gozando de buena salud. Poema Arcanvs, Six Magics y Dorso, bandas consolidadas, tuvieron gran afluencia de público en sus presentaciones, lo mismo que Mar de Grises. Entre los que hay que tener en consideración, se puede mencionar la propuesta de Sacramento y ya en el espectro más rockero, sin dudas que Raíz Terca es una banda que dará que hablar.

Y si Volbeat fue una sorpresa, U.D.O., la banda liderada por Udo Dirkschneider, también lo fue, y de las mejores. Tras una presentación desastrosa el año pasado, lo de los alemanes esta vez sobrepasó las expectativas, hasta transformarse en uno de los mejores números de este Metal Fest. Lo mismo con la respuesta para Obituary y los canadienses Annhiliator, quienes se sumaron a última hora tras la caída de Venom. También fue destacable lo de Destruction, en otra gran y masiva presentación.

Y así como esos shows funcionaron, los platos fuertes dispuestos para ambas jornadas también lograron su cometido. De ellos, el que resultó más beneficiado fue Exodus. Al igual que Misfists, la banda californiana tuvo que modificar su horario por el atraso de su vuelo, lo que significó que tuvieran 60 minutos en escena, aprovechados de forma notable. Junto con Anthrax, claramente los de la Bay Area lograron postales imborrables para este Metal Fest.

También está la fidelidad de los fanáticos de Blind Guardian con sus "bardos", o el esperado retorno de Kreator a los escenarios nacionales. Es más, los thrashers alemanes prepararon un set especial para conmemorar los 20 años de la primera visita que hiciera la banda a nuestro país, lo que habla del honor que sintieron por tocar en Chile. Asimismo, Anthrax manifestó nuevamente su predilección por el público nacional en su cuenta de twitter, aún cuando la gira por Sudamérica no termina.

Todos pequeños elementos que dan cuenta de lo bien que funcionó esta versión del evento, pese al desorden del segundo día. Claramente, hay detalles a mejorar, pero eran pocos los que tenían fe en que el festival caminaría de la forma en que lo hizo. Al final, la máxima se confirma una vez más: "Chile, país de metaleros". Olvídense del hype vendido por otros, porque la masiva respuesta a The Metal Fest confirma que pueden pasar los años, pero el público de ese género siempre responderá.

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