Jon Snow de "Game of Thrones": "Es interesante comparar la política moderna con la serie"

SANTIAGO.- Las aventuras y el aprendizaje que desarrolla Jon Snow en la trama de la serie "Game of Thrones", no es algo que sólo sea ficción para Kit Harington, el actor británico que se ha encargado de interpretar al hijo bastardo de Ned Stark en la superproducción televisiva de HBO.

Pasar largo tiempo en sesiones de maquillaje y vestuario para sumergirse en el papel, extenso entrenamiento en el uso de armas y un incesante estudio de lo que transcurre en la mente de su personaje, son parte de las lecciones que Harington ha tenido en esta serie, que pese a estar ambientada en tierras fantásticas y una era remota, en su opinión es posible atraer al mundo actual.

"Es raro. Primero pensé: ¿Cómo está relacionado con el día de hoy y la actualidad? Está muy distante del mundo en que vivimos. Pero después entiendes que no es así. La política es universal. La necesidad de las personas de tener y desear el poder es muy humano. Me parece interesante comparar la política moderna con la del programa. Como es una ficción, hay excesos todo el tiempo, las cosas nunca son por las razones correctas y jamás es por el bien del pueblo; siempre es en beneficio de las personas involucradas, con algunas excepciones", comenta Harington.

El actor es uno de los convencidos de que el formato televisivo ha sido la mejor elección para adaptar la serie de novelas de George R.R. Martin. "Nunca puedes usar todo el texto original en una película. Es brillante que sea un programa de TV, porque puedes tener un gran abanico de personajes. Tienes 10 horas y eso implica mucho más trabajo, sin embargo, tienes el tiempo suficiente para contar la historia. Hay cosas que podemos hacer en 'Game of Thrones' que no se pueden hacer en una película, y al mismo tiempo está producido como si fuera una película, con el mismo tipo de presupuesto, con las mismas personas involucradas. Muchos de los que participan en el programa vinieron del cine", comenta Harington.

Además de los elementos dramáticos, el intérprete de 26 años disfruta especialmente cuando su personaje ha debido sumergirse en escenas de acción. "Él quiere meterse en la lucha y quiere ver que se derrame mucha sangre", explica, añadiendo que si bien tenía cierto manejo sobre el uso de espadas, "después de hacer la serie sé mucho más".

El "Jon Snow" de la pantalla chica también comenta lo que ocurre con su personaje en la presente segunda temporada, que emite HBO para Latinoamérica todos los domingos, afirmando que "él ve la muerte, lo que es algo muy importante para un ser humano. Y ve el mundo real, conoce a una mujer, cosas muy importantes para un joven".

A la hora de elegir a su personaje favorito, no lo duda dos veces: Tyrion, interpretado por Peter Dinklage. "Creo que es el personaje favorito de muchos. Creo que es una de las pocas personas buenas del programa. No creo que quiera el poder, creo que se puede confiar en él. Siempre busca hacer lo correcto, es el personaje que tiene mayor empatía", comenta.

La misión de Robb Stark: "Nadie puede manejar tanto poder"

Otro de los personajes jóvenes -y que se transforman en pilares de la segunda temporada de "Game of Thrones- es Robb Stark, interpretado por el escocés Richard Madden, quien admite que nunca había leído los libros hasta que finalmente le dieron el papel.

Pese a que en el segundo libro de Martin su personaje no tiene tanta presencia, el propio Madden se sorprendió al recibir los guiones que sí le daban mayor tiempo en pantalla. "En el segundo libro no hay una gran participación de Robb, pero Dan (Weiss) y David (Benioff) escribieron mucho sobre mi personaje, hay muchas cosas que pude incorporar. Es una gran sorpresa para mí cada vez que leo esos guiones. No estamos haciendo los libros, estamos haciendo una serie de TV. Respetamos los libros, pero hay cosas que tenemos que cambiar. Por eso es tan fascinante leer los guiones, y por eso no los leo por adelantado: me gusta que me sorprendan", explica.

Al igual que su compañero de elenco, Madden valora el hecho que "Game of Thrones" sea una serie televisiva y no un largometraje cinematográfico. "Podemos profundizar más en los personajes, lo que en las dos horas y media de una película, o incluso en tres horas, jamás sería posible, ni en los detalles ni en el nivel de profundidad. La duración de la serie de TV permite que uno se concentre en algo y pueda observar los cambios y el desarrollo de los personajes. Eso es lo maravilloso de que sea, en realidad, una película de diez horas de duración", dice.

Al igual que otros personajes de la serie, Robb Stark está sumergido en la tarea de lograr el poder que permita reivindicar la imagen de su padre, vendido como un "traidor" por los Lannyster. Pero, comparándolo con la era actual, esta obsesión que muchos de los personajes tienen por el poder resulta incontrolable, más allá de la edad o madurez que tengan.

"Creo que nadie puede manejar tanto poder y punto, independientemente de la edad que tenga. Es demasiado. Creo que Robb lo hace realmente bien; fue obligado por una situación y tuvo que reaccionar antes que decidir. Como un joven rey, creo que realmente le va bien, pero nadie puede manejarlo. Y aún menos Joffrey", explica otro de los héroes de la serie.