Lollapalooza es el festival favorito de los melómanos locales

SANTIAGO.- En 2010 el anuncio sorprendió al medio musical local: Lollapalooza, una de las principales marcas en el mundo de los festivales de rock, saldría por primera vez fuera de las fronteras de Estados Unidos, y la nueva sede estaría nada menos que aquí, en Santiago de Chile.

A partir de entonces las expectativas no hicieron más que crecer, y un primer festival con nombres como The Killers, Kanye West, Jane's Addiction, Deftones y Fatboy Slim, más una segunda versión con figuras como Björk, Arctic Monkeys, MGMT y Skrillex, lograron responder a la ansiedad creciente.

Ésa debe ser la principal razón por la que los lectores de Emol eligieron al evento que se realiza en Parque O'Higgins como el mejor festival de la recién concluida temporada 2012 (35 por ciento): Un line-up sólido, variado y numeroso, más allá de los matices de diferencia que haya entre el paladar musical de uno y otro espectador.

Pero no sólo eso debe haber influido: Porque por más que un festival tenga en su cartel a los nombres que están dando que hablar en el panorama musical, si falla en aspectos como accesos y servicios, seguro que sus puntos bajan. Y allí Lollapalooza también lleva la delantera.

En este apartado, el carácter céntrico del Parque O'Higgins sin dudas que hace buena parte de la tarea, con opciones de acceder en metro y sin tanta planificación, algo que no ocurre con recintos como el Club de Campo Las Vizcachas (Cajón del Maipo) y el Espacio Broadway (Ruta 68).

Allí se realizaron Maquinaria y Primavera Fauna, que quedaron en tercer y sexto lugar, respectivamente, con 14 y 5 por ciento. Y ojo, que no se trata necesariamente de un problema de distancias, tal como lo demuestra el segundo lugar (16 por ciento) que nuestros lectores dieron al festival electrónico Mysteryland, que se realizó en Picarquín, y que exhibió menos quejas en relación con disponibilidad de estacionamientos y tacos en las llegadas y salidas.

El cuarto lugar para el Metal Fest (9 por ciento) ratifica la influencia de nuestra numerosa comunidad metalera, la que estaba algo huérfana de festivales desde la era del Monster of Rock, mientras que el quinto lugar (7 por ciento) es para uno que superó a varios, pese a ser el más apaleado por nuestra audiencia: El Festival de Viña del Mar.