Vivos

Desde que los hermanos Alejandro y Álvaro Gómez dieron vida al sello ALGO Records, Perrosky- el sobrenombre de Alejandro y también la denominación del colectivo musical que se forma junto a su hermano-, marcó la tendencia del sonido que no sólo presentaría una propuesta mínima, basada exclusivamente la guitarra de Perrosky en un principio, y la batería desenfrenada de Álvaro que primó en las primeras entregas. Desde esas épocas pretéritas, la mutación que ha tenido, en la forma, esta aventura que parece más una de esas viejas historias familiares le ha brindado a Perrosky (el solista y el dúo expandido) una sonoridad que mantiene su esencia primitiva: el viejo rock & roll.

Vivos, el nuevo trabajo de Perrosky, ve cómo se amplía el espectro sonoro, mas no se traiciona la esencia misma del conjunto. Desde el inicio con "Exilio", rock & roll desaforado y lleno de guiños al sonido del sur de Estados Unidos, pasando por la versión más cruda de ellos mismos, como en "RL" y en especial la saturadísima "Dos son tres". Asimismo, en medio de la raíz más punzante de la propuesta de Perrosky también aparecen pequeños momentos de distensión, como en "A mil millas", donde se regresa al dúo primitivo, o "Rey", una suerte de homenaje al sonido de Memphis y los inicios del rock & roll, sin duda una de las influencias más marcadas en este registro.

Aunque en Vivos aparecen varios invitados –que aportan, entre otras cosas, guitarras slide, percusiones, coros y teclados– Perrosky siempre será el esfuerzo individual de tributar a la esencia misma del rock. Ya sea en el desenfreno, los murmullos de Memphis o el soul playero como en "Una y nada más", lo cierto es que en la forma, la nueva placa de Perrosky no aporta mucho más a lo que ya se le conoce al dúo en su década y más de trayectoria. Lo interesante es que en el fondo, en los detalles, quizás este sea el trabajo más elaborado del "Perro". Es cosa de escuchar atentamente este nuevo disco del mayor de los Algo para descubrir la riqueza sonora de un alumno que, luego de un disco registrado en Nueva York, aprendió de buena forma todos los trucos para dar más sustancia a su permanente rescate del sonido primitivo que tanto busca recrear el guitarrista.