EMOLTV

Fiesta

Bajo nueva chapa, Denise Rosenthal cuaja en este trabajo todas las señales que venía dando en las últimas temporadas: A menos que gire el timón en sentido inverso, estamos frente a una nueva diva local, una estrella pop en ciernes, que seguirá dando que hablar tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

11 de Enero de 2014 | 11:32 |
imagen

Llevaba años dando señales prometedoras al alero de singles soltados a los vientos de YouTube, donde las visitas se multiplicaban a velocidades que otros —incluidos varios experimentados— firmarían a ojos cerrados. Ya entonces se veía una materia prima inusual en Denise Rosenthal, otrora talento infantil devenida en proyecto de diva local, piedra que la ex "Amango" pule ahora con éxito en Fiesta, su primer disco en la era post-televisiva (que también dio pie a productos al alero de "El blog de la Feña").

Firmando esta vez con el innecesario acrónimo D-Niss, la foto de portada tampoco favorece mucho a la veinteañera, quien allí se acerca más a una vieja reina del mambo antes que a aquello que realmente encarna: Una estrella pop en ciernes, portadora de la sensualidad, la frescura y el atrevimiento que ese tipo de artistas suele proyectar. Y eso es precisamente lo que hay en Fiesta, álbum que en sus once cortes evidencia que detrás de Rosenthal existe trabajo, direccionamiento, equipos y mucho instinto global.

El spanglish es la muestra más evidente de ello, así como su administración bajo un tratamiento estético-estratégico que deja atrás al simple antojo. De este modo, los textos esta vez no se construyen sólo con una que otra palabra en inglés en medio de líneas en español: Están hechos para hablantes de ambos idiomas, con el cuidado de lograr un ensamblaje unitario. La musicalidad es el otro aspecto: El r&b y el dance priman en este trabajo, tal como imperan en prácticamente cualquier referente inmediato que se nos venga a la cabeza (Beyoncé, Rihanna, etc.).

Todos esos elementos —a la larga también constitutivos de identidad— quedan expuestos ya en la largada con "Revolution", una pieza que bajo atmósfera r&b mezcla intimidad y ritmo. El tema cuenta con la rúbrica de la propia artista junto a Bastián Herrera, y el aporte de este último no puede intuirse menos que fundamental: Además de firmar en prácticamente todos los títulos, figura a cargo de la mayor parte de las instrumentaciones, y también de la producción musical y la mezcla. Rosenthal y Herrera, entonces, se evidencian como los arquitectos tras D-Niss, quien en el tridente formado por "Love me", "Just better alone" y "Turn it up" —junto a La Pozze Latina— recorre todos sus sellos (discotequero, romántico y barrial), con marcado aroma a single, amén de una garganta que evidencia tanto entrenamiento y progresión como influencia norteamericana.

Algo más de languidez, en tanto, hay en "It's over", "Star" y "Can't stop me", esta última con aires de cabaret que entregan al disco su punto y aparte. Pero hasta en eso Rosenthal se parece a las divas de hoy: Mal que mal, las mismas Lady Gaga y Madonna han puesto un paréntesis al baile en sus últimos trabajos, con algún corte de aires gitanos.

Ha dado que hablar, D-Niss, y el futuro por ahora se vislumbra prometedor. Mejor trabajo de sello, rediseño de estrategias, algo de puesta a punto y una adecuada elección de sencillos, asoman como algunos de los detalles por observar aún. Porque si sólo fuera por rigor, perfilamiento, estética, ganas y carácter, la mesa para el gran salto parecería estar simplemente servida.

Sebastián Cerda

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?