Upa: "Estamos ocupando un espacio que nos pertenece"

En abril de 2013, hace casi un año, los seguidores de Upa celebraban el regreso a los escenarios de la histórica banda nacional, con un aplaudido concierto en el Teatro Caupolicán. Sin embargo, el justificado aroma de retorno permitió que el real contexto pasara desapercibido: Porque los Upa nunca estuvieron del todo separados, y cada tanto se los veía nuevamente juntos en alguna tocata esporádica. En la Cumbre del Rock de 2009, por nombrar sólo una de las últimas.

¿Qué marcaba esa fecha, entonces? "Uno de los objetivos de esta primera etapa era insertarnos de lleno en la escena, ya no como un saludo a la bandera, no como un asado-aniversario de ex compañeros de colegio, un touch and go, sino que sustentados en un proyecto", cuenta el cantante Pablo Ugarte.

De este modo, Upa opera hoy como un colectivo en actividad permanente, y prueba de ello es el presente de la banda: Hoy a las 20:30 horas se presentan en el Cento Cultural Gabriela Mistral (GAM) y el sábado 29 lo harán en Lollapalooza, presentaciones que coinciden con los trabajos finales para el que será el quinto disco del cuarteto que completan Mario Planet, Sebastián Piga y Octavio Bascuñan.

Las últimas etapas de ese venidero trabajo buscarán financiarlas a través de un crowdfunding por abrir, pero los músicos ya abordan la placa con la misma naturalidad que lo hacen con las ya editadas. "Hemos estado madurando los temas, y en el GAM, por ejemplo, vamos a tocar 'Respiras por dos', 'Perderme en ti', 'Y ahora qué' y 'Cuando se vaya el sol' ", menciona Ugarte, como quien nombra clásicos tipo "Cuando vuelvas", "Ella llora" o "La bamba".

Es una prueba de la mirada de futuro que hoy tiene Upa, incluso con plan de acción definido. "Si Mario (Planet, radicado en Francia) no puede estar en todas las tocatas, el grupo va a estar disponible igual. Tenemos a Cristián Opazo y a Che Carmona, y cuando estamos con ellos la banda suena perfectamente, no traiciona sus principios. Este grupo se debe al colectivo más que a intereses personales, y es muy motivante, porque sentimos que estamos ocupando un espacio que nos pertenece", asegura Ugarte.

-¿Sientes que el rol que desempeñó Upa no fue desempeñado luego por nadie más?
-No sé, pero sí te puedo decir que nosotros nos hicimos de un espacio. En los 80, no había un movimiento o una industria que nos armara una pieza donde jugar. La armamos nosotros, y fue una pieza bien ganada, armada con consecuencia, con resistencia, con sacrificios, y finalmente constatamos que esta pieza estaba intacta, seguían ahí nuestros muebles, era nuestra. Ahora lo que nos toca es hacerla crecer, construir otra pieza y luego una casa.

-Cuando ustedes regresan definitivamente, en abril de 2013, hay un halo de nostalgia ochentera a su alrededor. ¿Sienten que su actividad actual está más dirigida a gente de esa época, o que trascienden a otros ámbitos?
-Cuando volvimos en el Caupolicán, los medios entrevistaban a la gente, y el comentario generalizado era que Upa era un grupo que trascendía los 80, que estaba vigente y fresco hoy. Nosotros no hacemos arqueología de nosotros mismos, aunque el pasado siempre te está pillando, o te lleva la delantera. Canciones como "Cuando vuelvas" o "Fotonovelas" permanecieron porque se pararon en su propio mérito. Hoy, sin sellos como los de entonces, estamos tratando de instalar canciones nuevas, y esperamos que se abran camino, así como hoy lo hace la banda. Nosotros vamos a Lollapalooza porque a alguien del festival se le ocurrió, no porque un agente fue a pedir que tocáramos.

-Y eso mismo puede ser prueba de su estatus actual: Pese a su inspiración alternativa, Lollapalooza en Chile es un festival contingente, moderno, con mucha llegada en las nuevas generaciones. Y ustedes estarán ahí.
-Es un tremendo orgullo estar ahí, a pesar de que somos una banda que tiene su trayectoria: Hemos estado en festivales tocando con Sumo, teloneamos a los Rolling Stones. No nos encandila estar en escenarios grandes, pero estar ahí es un orgullo, porque la calidad de los músicos es tremenda. Para nosotros es un reconocimiento de la organización, porque si bien somos una banda que tiene éxitos radiales, siempre hemos tenido una pata en el underground. Esto nos permite llegar a nuevas audiencias, que no se nos vea como un grupo de los 80. La gente ahora podrá decir "son un grupo de rock, que tocaron en los 80, hicieron un disco en los 90, y ahora están haciendo un disco en los 2000". Queremos que se nos vea como un grupo de rock, que quizás tuvo un momento de mayor gloria en los 80, pero que es un grupo de música hoy.

-Estilísticamente, su trayectoria es amplia: Han hecho pop, rock, fueron muy vinculados a la new wave... ¿Hacia dónde se dirigen en el disco que preparan?
-El disco es súper fiel al planteamiento teórico de la banda, que es hablar de los problemas concretos del ser humano. Hablamos de ser un ciudadano irradiado por problemas sociales, laborales... Escribimos desde esas experiencias, no hacemos literatura. Aunque a veces haya sido subvalorado, aunque en principio lo estético lo haya tapado, el contenido siempre fue crucial para nosotros. A eso nos mantenemos fieles. Y sin caer en analizarnos a nosotros mismos, te puedo contar que hay una veta bien british, aunque mantenemos acentos latinos y el sello Upa, además de toques de folclor infiltrados en varias canciones. Eso sí, están camuflados en un contexto de rock, no están explícitos.

-La tocata del GAM tiene una característica que la distingue: Estarán con el colectivo plástico La Ruta Trasnochada. ¿De qué se trata eso?
-En el contexto de la resistencia cultural de los 80 existían muchas alianzas entre bandas, pintores, escritores, que convergíamos en zonas geográficas como Plaza Italia, el Trolley o Matucana 19. Reeditando eso, ellos nos invitaron a la inauguración de su muestra en el Bellas Artes, y ahora nos devuelven la mano en nuestra presentación. Van a hacer instalaciones, y dentro de nuestras visuales incluiremos algunas de sus pinturas, sin performances. Ellos tienen un arte que se desarrolla en la dictadura, pero que es muy pop, escapa a la estética tradicional de la resistencia de izquierda. Ya no es un arte de poncho y barbas, sino de chaquetas negras, pelos parados, con colores, muy influidos por el pop-art. Es algo parecido a lo que ocurría con nosotros también: Si bien estábamos influidos por Violeta Parra y Víctor Jara, también lo estábamos por Yes y King Crimson.