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Novela indaga en los traumas de un joven acomodado y los secretos de un club de fútbol amateur

"Lagartos" es el segundo libro del escritor chileno Felipe Ossandón, quien a través de un joven en año sabático explora en un mundo de prejuicios y pérdidas.

13 de Mayo de 2014 | 08:34 | Por Sebastián Cerda, Emol

SANTIAGO.- En apariencia, Gregorio no es un tipo del que alguien quisiera ser amigo en su juventud: Obsesionado con el físico, sin grandes intereses, nada resuelto, prejuicioso, homofóbico y antisocial, sólo su persistencia en formar parte del equipo de fútbol de los Lagartos parece dar algo de sentido a su vida presente.

Pero el fondo esconde algo más que esa apariencia: El joven, que vive un año sabático tras salir del colegio, es también un tipo que ha debido hacer frente a severos traumas, como la desaparición de su hermano y la ausencia de su madre. En el presente, en tanto, enfrenta serios problemas para encajar en un equipo liguero de clase alta, donde cuyos integrantes insisten en verse como una institución tradicional, pese a nunca ganar nada.

"Gregorio es totalmente desagradable. Es alguien conflictuado por elementos que no se dicen, pero que están ahí: No sabemos si es huérfano de madre, pero sabemos que hay una carencia; a su hermano le hacían bullying por la gordura. Resulta sumamente desagradable, por un conservadurismo estúpido que tiene, pero finalmente es alguien que no tiene muchas herramientas y que ha sido muy golpeado por la vida", cuenta Felipe Ossandón.

Gregorio es el protagonista de la novela "Lagartos", y Ossandón es el autor de esa obra, la segunda de su bibliografía y que sólo cuenta algunos días en las librerías locales (Ediciones B, $10.000).

"Lo esencial que queda es un adolescente con mucho tiempo libre, eso es lo que se mantiene desde el origen", dice el escritor dando cuenta del punto de partida de este relato, que en lugar de números de capítulos, está ordenado según las cifras de kilogramos que el protagonista va marcando en la balanza.

"En el ocio, en esto de aparentemente no hacer nada, pasan cosas, y a este muchacho le pasan", agrega Ossandón, quien destaca especialmente algunos aspectos, como las vacilaciones que el joven —quien decide ser escritor, pese a que ni siquiera lee libros— experimenta en relación con su sexualidad.

"El personaje de Gregorio está buscando su espacio en el mundo, y parte de eso incluye una exploración sexual que en este caso es involuntaria, porque él claramente está inmerso en un ambiente homofóbico. Él se pliega a este ambiente, porque de otro modo no podría estar donde está. Quiere ganarse un cupo en el equipo porque ahí estaba su hermano, y lo quiere tanto que está dispuesto incluso a ser homofóbico, como los demás".

-¿Sientes que retratas también a un subgrupo social? Los Lagartos pertenecen a un segmento que es muy frecuente estereotipar en el mundo escolar-universitario, caracterizado por la exaltación del deporte, de lo masculino, la preponderancia del carrete, el menosprecio a lo intelectual...
-No sé si concientemente, pero sí la novela describe a un mundo social en particular. No me propuse hacerlo, me di cuenta después de que lo había hecho. Me interesaba contar la historia personal de este muchacho, y lo otro es una consecuencia posterior. Si no, habría sido un poco pretencioso. El personaje está inmerso en un mundo social y económico, pero no quise radiografiar a ese grupo. Me interesaba más el rollo del equipo que pierde permanentemente, y este personaje que trata de ganarse un puesto y no lo consigue.

-Ésta es tu segunda novela, muy espaciada respecto de la anterior ("Hipervínculos", 2005). Con esos aportes, ¿te sientes parte de una escena o generación literaria?
-La verdad es que no. Si alguien lo considera por mí, no hay ningún rollo, me parece bien, pero yo no lo siento así. Sí me gustaría aportar a la literatura con esta novela, con lo mucho y lo poco que eso signifique.

-Te fuiste a vivir a Limache, ¿significa eso que eres escritor de tiempo completo?
-No me vine a escribir a Limache, tal como en Santiago tengo que robarle tiempo a otras cosas. Estoy más ligado a la literatura que antes, pero si la pregunta es si pasarán diez años antes de que publique otro libro, probablemente sí.

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