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13

Después de trece años de pausa, el dúo chileno reparece con un disco fiel a su estilo y competente entre el pop, las baladas, los ritmos latinos y el área dramática.

03 de Agosto de 2014 | 12:08 |
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"O sea, hacemos bachata, pero tampoco es Prince Royce, sino una bachata más en la onda de La Sociedad", dijo el cantante de este dúo chileno en una reciente entrevista sobre 13, el nuevo disco del grupo. Y aparte de tal propuesta de bachata estilo personal, es cierto sobre todo que ese ritmo de moda es una excepción aquí. Un bonus, la última de catorce canciones. Al revés de un astro como Enrique Iglesias, que en su momento compró por entero el nuevo ritmo para no quedar obsoleto, en La Sociedad prueban la fe que tienen en el estilo y los argumentos de su éxito en los años '90, a punta de hits radiales como "Nada quedará", "La vida", "Quiero" y otros. O sea, pop melódico, baladas y ritmo latino.

En el análisis estadístico de 13 las baladas representan un 28,5 por ciento, con cuatro canciones entre "Si te vas", los violines de "El final", el piano inicial de "A pesar", y los quiebres vocales de "No sé decir adiós", que vuelven a linkear a La Sociedad con parte del estilo de Los Ángeles Negros. Hay otras especies diversas, cada una representada por una canción equivalente al 7,1 por ciento. Es un slow rock de eco nuevaolero ("Mi gran amor"), canción a dos voces y con trompetas a la mexicana ("Por mi maldito orgullo"), y ritmo de merengue ("El destino"), a tono para cerrar el disco con bachata ("A pesar"). Y es simplemente ese estilo chileno que el grupo decantó en los '90 con su personal sabor latino, y que reaparece aquí en "Qué pena", una canción donde no por casualidad "pena" rima con "Me voy para Cartagena".

El pop en cambio es mayoría del rendimiento del dúo, con un 35,7 por ciento. Así suenan "Magdalena" sobre una base casi onda disco en el estribillo; "A medianoche", de bordes rockeros, entre guitarras eléctricas y baterías; "El fugitivo", como un eco del Dúo Dinámico y cantada por Pablo Castro; "Me muero", a pulso más ligero y con cierto estilo italiano en la voz de Daniel Guerrero, y "Perdónenme", que trae un efecto subliminal de los Berlin que grabaron el hit "Take my breath away", en 1986. Si Daniel Guerrero es la voz del dúo en primer plano, Pablo Castro es el productor y constructor del disco, y demuestra que sabe arreglar estas canciones, sean lentas o rápidas, con sintetizadores en timbres de strings, coros y guitarras eléctricas siempre presentes.

Y así como saben producirlas, además saben escribirlas. Las de 13 son letras de canciones de amor a todo evento. Y son dramas casi todas. Porque puede haber versos de autoafirmación, como el mero "Al diablo tú y las pinches penas" en "Magdalena", pero el modo favorito de La Sociedad siempre será el del sujeto enamorado/mortificado. Ahí aparece un subgénero como el de la canción de bares en "Perdónenme" o "El fugitivo". O surgen ideas-fuerza como la de saber perder: "No te valoré / me toca perder", cantan en "Mi gran amor"; "Yo no sé perder / pero si es necesario aprenderé", reinciden en "Si te vas". En "No sé decir adiós" la oración completa es "No sé decir adiós a alguien que amo", así como en "Me muero" es "Me muero si no estás junto a mí", y en "El final" es "Si es el final, ayúdame a no llorar".

En la misma canción Guerrero acusa "Te llevaste la pasión a otra cama", y se humilla en "Prefiero estar contigo / suplicándote cariño", donde se acerca en alguna medida al sentimiento añejado en cualquier bolero de Luis Alberto Martínez o Ramón Aguilera. En "A pesar" vuelve a caer de rodillas con metáforas como "Devuélvele la vida a este pobre corazón", y con todas las situaciones que caben en una frase como "Te quiero a pesar de que me rompiste el corazón con tu traición". Y donde el área dramática de La Sociedad rinde al máximo es en la letra completa de "Si te vas", que funciona perfecto a pesar de ser ese relato de separación una y otra vez contado y cantado en millones de baladas de amor para la radio. Trece años de pausa trancurrieron entre el disco previo de este dúo (2000) y su actual regreso, como está escrito en el título de 13. Y fue tiempo suficiente para llegar recargados al reencuentro.

David Ponce

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