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Cuecas acampadas

No todo es cueca urbana. El popular cantor sureño se suma a la temporada dieciochera con una colección de cuecas de sabores que van de campesino a chilote, para expandir la geografía cuequera.

18 de Septiembre de 2014 | 11:19 |
Contra cierto esencialismo que pudo haber cundido hace algunos años, como efecto colateral del renacer de la cueca urbana entre nuevas generaciones de músicos y de audiencias en Chile, el más reciente disco del popular cantor campesino René Inosotroza viene a poner más equilibrio en la geografía sonora de la cueca, con esta colección bien titulada "Cuecas acampadas". Acreditado como uno de los cantantes más vendedores de discos en el país gracias al repertorio de guarachas, corridos, valses o cuecas que viene grabando desde mediados de los años '80, René Inostroza presenta aquí un repertorio de quince cuecas, cuyas sonoridades oscilan entre la guitarra traspuesta al estilo campesino y la música de Chiloé.

Tanto composiciones propias como de la tradición y de otros autores se reparten el repertorio de "Cuecas acampadas". La base del sonido suele ser la guitarra, con agregados de acordeón o de armónica según el caso, y que además dan cuenta del carácter conversado que tiene este disco. "La armónica dicen que ha tendido a desaparecer de la expresión folclórica. ¿Qué les parece si hacemos una cueca con armónica?", propone René Inostroza antes de "Amor del bueno", una de las cuecas de su autoría. "¿Sabe pa' dónde me lleva el sonido de acordeón? A Chiloé", dice antes de cantar "La torre Huillinco", del autor isleño Liborio Bóquez, Cuncuna. Y en "El cesante" hace una muestra de la guitarra traspuesta, "por media música", como explica él, es decir templada según afinaciones distintas a la convencional, para enriquecer más este abanico de sonidos.

Otras características de estas cuecas son un pulso en general más rápido y a ratos casi correteado, la sucesión de algunas melodías comunes entre una cueca y la otra, y sobre todo la modalidad de canto, en la que un solo intérprete se hace cargo de la voz, a diferencia del canto a la rueda, colectivo por definición, que caracteriza a la cueca urbana o centrina. También hay cruces en varios sentidos: René Inostroza canta como cueca los versos de "Debajo de un limón verde", conocidos desde antes en otros ritmos; recrea una composición tan popular como "Los lagos de Chile", de Petronila Orellana, y también hace una versión de "La Corina Rojas", tantas veces grabadas por los grupos citadinos de la cueca centrina. Pero el corazón de esta música acampada está en el sur. "En Villarrica y Pucón / Yo tengo mi corazón", es el remate de "De Villarrica a Pucón", que además de otro de los títulos originales de René Inostroza en el disco, es casi su certificado de nacimiento hecho cueca.

—Por David Ponce
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