LOS ANGELES.- La historia de un joven baterista que quiere convertirse en un gran músico de jazz y de un profesor con métodos implacables ha convertido a "Whiplash" en una de las películas más prometedoras de la temporada de premios, incluidos los Oscar.
La cinta, dirigida por el joven Damien Chazelle y que se estrena este viernes en Estados Unidos, fue galardonada con dos de los trofeos en el pasado festival de Sundance, realizado en enero.
Andrew Neyman, interpretado por Miles Teller, es un joven baterista que cae en manos del sádico profesor de jazz Terence Fletcher, encarnado por J.K. Simmons, quien es capaz de hacer llorar a sus alumnos en un prestigioso conservatorio de Nueva York.
La historia se inspira directamente en la experiencia de Chazelle con el arte de este instrumento, y quiso recrear lo que fue "tener miedo de saltarse una nota, miedo a perder el ritmo, pero sobre todo miedo al profesor", según contó él mismo.
"Quise hacer una película sobre música que se pareciera a una película bélica o a una película de mafiosos, donde los instrumentos representaran las armas y las palabras fueran tan violentas como las pistolas", afirmó.
Neyman admira con todas sus fuerzas al legendario baterista de jazz Buddy Rich y se toma muy a pecho una anécdota sobre el mítico saxofonista Charlie Parker, que dice que se convirtió en un virtuoso músico tras ser golpeado con un platillo en la cabeza.
La relación entre mentor y su protegido centra la trama con las peculiares técnicas del instructor y el sufrimiento del alumno.
El joven baterista (Teller) logra meterse en la banda del conservatorio con sudor, lágrimas y sangre en las manos, mientras que su obsesión por la música lo aísla del mundo exterior, poniendo fin incluso la relación que tiene con su padre y su novia.