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World on Fire

El guitarrista se farrea la opción de coronar una ascendente carrera discográfica en solitario, con un sotck de 17 temas en que las piezas de alto octanaje alternan con otras mediocres.

02 de Noviembre de 2014 | 16:20 |
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El ingreso de Slash a la primera década del siglo veintiuno vino de la mano del errático Slash (2010), un álbum en el que el guitarrista demostró su eclecticismo al compartir con verdaderos héroes e influencias de su sonido (Ozzy Osbourne, Iggy Pop, Lemmy), como también con esas forzosas e inexplicables compañías del mundo del pop más comercial (como Fergie o Adam Levine). No obstante, algo bueno surgió de ese popurrí, y esto fue la aparición de Myles Kennedy, vocalista de la banda Alter Bridge, y cuya voz pareció calzar perfecto con la Gibson Les Paul de Slash y su hard rock de viejo cuño.

Quizás por ello es que dos años después, Apocalyptic Love aparecía ahora sólo con Kennedy en las voces, y una banda, The Conspirators, que realmente podía dar peso a las composiciones del ex Guns 'n' Roses. Y si bien en 2012 quedó claro que el terreno en el que Slash y sus nuevos compañeros transitaban era algo ya conocido, por fin daba la sensación de que el guitarrista, un experto a la hora de dar palos de ciego y acompañar obras correctas de rock con verdaderos bodrios (como las colaboraciones con Marta Sánchez y Paulina Rubio), había hallado lo que necesitaba para enfocarse en eso por lo que se le venera.

Siguiendo la receta lograda hace dos años es que aparece este World on Fire. Nuevamente, Slash se acompaña de las voces de Myles Kennedy y del soporte de The Conspirators para presentar diecisiete canciones de rock de alto octanaje. Como renunciando a las pausas, el guitarrista y Kennedy —ahora con un rol mucho más protagónico en la composición— mantienen el mismo tono desde el inicio con “World on fire”, tema que anticipa lo que vendrá. Desde ese punto, se sucede una canción tras otra con cierto vértigo. Así, “Shadow life”, “Automatic overdrive” y “Stone blind”, por ejemplo, son cortes en los que Slash y compañía no dan descanso: Se suceden riffs y solos de forma casi mecánica, casi como en piloto automático. Y quizás lo único que aporta algo de distensión sea la tremenda capacidad vocal de Myles Kennedy, pero eso después comienza a desvanecerse a medida que corren los temas.

Es probable que aparezcan algunas cosas interesantes, como la metalera introducción de “Beneath the savage sun”, el mid-tempo “Battleground” (lejos el tema más “lento” de este registro) o la funky “Dirty girl”, pero el hecho de que World on Fire parezca una gran canción, una que se repite durante largos 76 minutos, da cuenta de que tanto al guitarrista como a su banda de soporte les hace falta de forma urgente un productor que les diga cuándo parar, porque si no se concretan riesgos como los de este álbum, en el que se pierden grandes canciones entre temas mediocres. Ciertamente, este es un asunto que le resta calidad a un disco que recupera ese espíritu primitivo del rock de muchas guitarras y actitud, y la inmediatez, aunque ésta se pierda a medida que avanza este nuevo trabajo de Slash junto a Miles Kennedy y The Conspirators.

Felipe Kraljevich M.

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