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Autor de "Escalofríos": Los niños superan miedos "sobreviviendo" a las aventuras de mis libros

R.L. Stine regresa a las librerías con la reedición de su saga de terror éxito de ventas en los años 90, y admite que su joven público se ha vuelto "más sofisticado debido a los medios".

23 de Noviembre de 2014 | 13:47 | EFE
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Sitio Oficial R.L. Stine

NUEVA YORK.- Conocido como el Stephen King para niños, R.L. Stine ha vuelto a las librerías de España con la reedición de su saga superventas de los años 90 "Escalofríos", en la que el autor ejerce con pericia la delicada tarea de asustar sin traumatizar a su pequeño público.


"Los niños no son tan inocentes como la gente cree", asegura en una entrevista este hombre que, quizá porque empezó a escribir a los 9 años, no ha tenido que hacer el ejercicio de pensar o, peor aún, simplificar cuáles son los mecanismos sensibles del público infantil.


"Era tímido y miedoso y pasaba la mayor parte de mi tiempo en mi habitación mecanografiando historias. ¿Puedes creer que he estado escribiendo desde entonces?", dice. En concreto, asegura que su ritmo medio es de 20 páginas al día.


Stine defiende la necesidad de exponerse al miedo desde bien pequeños. "Creo que muchos de mis lectores aprenden a superar algunos miedos experimentando y sobreviviendo a las aventuras inquietantes en mis libros", dice Stine, y sus 350 millones de libros en 32 idiomas le dan la razón.


Sus "Pesadillas" (Editorial Hidra) están habitadas por monstruos como Slappy que hace ya 20 años se convirtieron en el fenómeno literario infantil más importante de la historia hasta que lo desbancó Harry Potter


También, eso sí, sazona lo más terrorífico con altas dosis de humor. "El humor y el horror son parientes cercanos. Cuando te acercas a una montaña rusa en un parque de atracciones, puedes escuchar gente riendo y chillando a la vez", ejemplifica el autor.


Ahora, con una película protagonizada por Jack Black con estreno pendiente para agosto de 2015, Stine (Ohio, Estados Unidos, 1943) busca enganchar a las nuevas generaciones.


Reconoce que "los niños se han hecho más sofisticados debido a los medios", algo que ya le afectaba respecto a su juventud espartana en los años 50 en los 90 y que se ha acentuado más en el siglo XXI.


Aun así, dice, que su máxima para no llegar a alarmar a sus lectores es clara: "Mi regla es que mis jóvenes lectores sepan que están leyendo fantasía, que lo que pasa en el libro no es real. También pongo mucho humor en mis libros, para que las escenas de miedo no sean demasiado intensas".


"Afortunado"


La peculiaridad del fenómeno de Stine, que llegó a tener también una serie de televisión basada en sus relatos y su propia atracción en Disney World, fue que se produjo un curioso boca a boca de niño en niño que hizo que esos "Escalofríos" alcanzaran cifras millonarias.


"Me siento muy afortunado de que los niños hayan descubierto mis libros por sí mismos. No había publicidad ni promoción. Se hicieron populares porque los niños avisaron a otros niños. Es una suerte", dice, y es por eso que no encuentra ninguna pega a su popularidad.


"Estoy muy orgulloso de mi éxito, especialmente porque vengo de la pobreza auténtica. Todo lo que he conseguido, lo he conseguido por méritos propios (...) No me asusta la fama, todo lo contrario. Disfruto siendo famoso, me encanta encontrarme con mis lectores, ha sido verdaderamente emocionante para mí", asevera.


También el mundo adulto ha caído rendido a sus pies: fue elegido como una de las 25 personas más fascinantes de 1995, según la revista People, y fue seleccionado para acompañar a la primera dama estadounidense Laura Bush a Rusia para promover la lectura entre los niños moscovitas en 2003.


Stine siempre ha respetado mucho la madurez de los niños, aunque no se plantea demasiado la inmadurez de los adultos ("supongo que soy demasiado inmaduro para pensar en eso", explica con humor) y la realidad no acaba de interesarle.


"Me inspiro principalmente con los libros que he leído o las películas que he visto, así como en gente a la que admiro. La mayor parte de mis ideas vienen de la imaginación no del mundo real", asegura, y se reconoce con deportividad un admirador más de Harry Potter.


Sin embargo, si tiene una espina clavada es la de no haber conseguido enrolar en esa masa millonaria de lectores a su propio hijo.


"Mi hijo presume de que nunca ha leído un libro de 'Escalofríos'. Aunque lo hace para fastidiarme. Espero que mi nuevo nieto lea más libros míos que mi hijo", concluye.

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