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Museo de Berna acepta herencia de coleccionista alemán investigado por expoliación nazi

Las obras de arte que pertenecieron a Cornelius Gurlitt pasarán a ser de la institución suiza, excepto aquellas que aún son investigadas por las autoridades alemanas.

24 de Noviembre de 2014 | 09:17 | DPA
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Christoph Schaeublin (izquierda) junto al ministro de Justicia de Bavaria, Winfried Bausback (derecha), anuncian la aceptación de la herencia junto a la secretaria de Cultura de obierno, Monika Gruetters.

Reuters.

BERLÍN.- Seis meses tardó el Museo de Bellas Artes de la ciudad suiza de Berna en aceptar la valiosa colección de arte que heredó de Cornelius Gurlitt, el hijo de un galerista alemán cercano a Adolf Hitler que supuestamente obtuvo las piezas tras quitárselas a los judios.


El presidente de la fundación del museo suizo, Christoph Sch„ublin, informó que la institución llegó a un acuerdo con las autoridades alemanas, por lo cual los cuadros sospechosos de haber sido expoliados durante el nazismo permanecerán en Alemania hasta que se dilucide su origen.


Gurlitt declaró al Museo de Berna único heredero de la colección de más de 1.500 cuadros, grabados y gráficos de maestros modernos como Matisse, Picasso, Renoir y Monet que le dejó su padre.


Gurlitt era hijo de uno de los cuatro comerciantes de arte al que Hitler encargó vender las obras modernas tachadas de "arte degenerado", cerca de 20.000 piezas que los nazis descolgaron a partir de 1937 en más de un centenar de museos alemanes.


En lugar de vender las obras al extranjero, el galerista se quedó al parecer con muchas de ellas por precios irrisorios. Estos cuadros retirados de museos alemanes pasarán al Museo de Berna, según convinieron las autoridades alemanas con el museo suizo.


La colección incluye también numerosas obras que probablemente pertenecieron a judíos obligados a huir de la Europa ocupada por los nazis o asesinados por el régimen. En estos casos, Alemania se comprometió a asumir los costes de la investigación de procedencia y la restitución de los cuadros.


Las pinturas fueron descubiertas por casualidad el año pasado en el sótano de una vivienda de Múnich y su calidad y valor causó interés en el mundo del arte.


La colección fue confiscada y Gurlitt firmó poco antes de morir un convenio con el Estado alemán en el que accedía a que fuera investigada la procedencia de los cuadros. Entre tanto, una prima de Gurlitt reclamó la herencia y cuestionó la salud mental del anciano en el momento de redactar el testamento.

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