Keith Flint, el chico rebelde de la electrónica, encabezará la tercera visita de Prodigy a Chile.
APSANTIAGO.- En los 90 fueron bandas que lideraron tendencias: Una como bandera británica del difuso movimiento que por entonces se insistía en llamar "alternativo"; la otra, como punta de lanza de la electrónica que en esos años salía de los clubes, para instalarse en las radios y rankings de todo el mundo.
Son Primal Scream y The Prodigy, los últimos nombres en sumarse a la avalancha de grupos que nutren como nunca antes la cartelera de conciertos en Chile.
La jornada doble está programada para el miércoles 28 de octubre en Movistar Arena, y los precios se ubican en un rango abordable que disiente de los más resonantes megaeventos que llegan a Chile: Entre $15 y $30 mil (más cargos) costarán los boletos.
Ambos grupos tienen un recorrido similar en cuanto a visitas a nuestro país. Para Primal Scream será su segundo concierto en Chile, donde en abril de 1998 mostraron los primeros álbumes que los transformaron en una banda respetada, pese a nunca vivir bajo la categoría de fenómeno de la temporada.
Entre ellos se cuentan placas como Screamadelica (1991) —donde patentaron la fusión de rock con elementos del dance y la electrónica—, y Give out but don't give up (1994), dos de los que les permitieron alcanzar los primeros puestos en ventas.
The Prodigy, en tanto, confirma su tercera visita a Chile. La primera fue en 1998, cuando llegaron cargando el arrollador éxito del álbum The fat of the land (1997), muestra de su fórmula que incorporaba cuotas de rock y distorsión a una matriz electrónica. De esa producción impusieron temas como "Firestarter", "Breathe" y "Smack my bith up" en las radios de todo el mundo.
Su segunda visita fue en 2005, cuando arribaron como uno de los números centrales a esa edición del Festival Creamfields.
Esta vez, el grupo que forman Liam Howlett, Keith Flint y Maxim arribará promocionando el álbum Invaders must die (2009), que algunos críticos han catalogado como el regreso a los sonidos más duros que los transformaron en una banda global.