SANTIAGO.- El senador institucional, Enrique Silva Cimma, señaló hoy que el gobierno no puede continuar privatizando las 29 empresas que todavía quedan en manos del Estado.
El político radical, participó junto al senador Jaime Gazmuri, en el foro-panel "Rol de las Empresas Públicas", organizado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Silva Cimma, insistió en que como hombre de derecho, "como hombre público de este país, tengo una posición muy definidamente reacia a la idea de que todo lo que está en poder del Estado, para solucionar problemas, debe privatizarse".
Insistió en que el Estado, "tiene el deber de tener dentro de su esfera una serie de actividades que son fundamentales desde el punto de vista del interés social y colectivo".
Respecto a las indemnizaciones millonarias dijo que eso ha sido posible porque a la Contraloría "en forma lenta y gradual se le han ido quitando atribuciones en la medida que han ido surgiendo entidades autónomas".
Recordó que la autonomía económica que se había otorgado a la Contraloría y que "la obtuve yo siendo Contralor, la dictadura se la quitó, y actualmente la Contraloría no tiene recursos para mantener todo el desarrollo de su gestión".
Respecto a las empresas del Estado, opinó que estas deben estar mejor reguladas, y no concesionarlas porque eso "sería un tremendo disparate".
Por su parte, Edgardo Condessa, integrante del Comité Coordinador de Defensa de las Empresas Públicas, expresó que la organización está defendiendo a todas las empresas del Estado.
Aclaró que no se oponen a la incorporación del capital privado, pero el 51 por ciento de las acciones, siempre debe estar en manos del Estado, "porque no hay razón alguna para privatizarlas".
Reconoció, eso sí, que hay que mejorar su gestión, modernizarla y "naturalmente terminar con este escándalo de muchas personas que han usado la empresa pública para beneficiarse personalmente".
Condessa, recordó que en el programa de gobierno de la Concertación, "en la campaña presidencial, jamás se planteó la necesidad de privatizar las pocas empresas del Estado que quedan. Hace 27 años atrás había 600, y en este momento quedan alrededor de 29".
Insistió en la necesidad de defender la existencia de las empresas públicas porque prestan un servicio solidario de atención al público.
Dijo que aún cuando el gobierno lleva poco lo está haciendo mal, "y si no rectifica, en esta materia (las privatizaciones), por ejemplo, las cosas van a ser muy malas para Chile, y se corre el riesgo que Lagos termine por entregarle la banda presidencial a Joaquín Lavín".
