CIUDAD DEL VATICANO.- Juan Pablo II no piensa renunciar al papado y aunque su salud está debilitada no lo es hasta el punto de que le impida ejercer los más importantes actos de su gobierno, afirmó el cardenal chileno Jorge Medina Estévez.
Medina, prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino, precisó que "aunque se ve" que la salud del Papa "está deteriorada" no piensa que esté barajando la idea de renunciar al papado, del que en este mes se cumplen 25 años de pontificado.
"A todos los que somos colaboradores suyos nos da pena ver que su salud se ha deteriorado", manifestó el purpurado, que contó que la última vez que vio al Papa en persona fue el pasado sábado.
Fue durante la misa solemne celebrada en el Vaticano en memoria de Pablo VI y Juan Pablo I, fallecidos hace ahora 25 años. La misa estuvo presidida por Juan Pablo II, aunque la ofició el cardenal Joseph Rantzinger, cuyas declaraciones ayer, martes, referentes a que el Papa está "mal" y que hay que rezar por él alarmaron aún más a la opinión pública mundial.
"Dentro de los problemas de salud que tiene le noté razonablemente bien esa tarde y estaba animado", subrayó el cardenal, que agregó que no tiene información alguna que le haga pensar "que es algo grave".
Simplemente -añadió- es el resultado del deterioro de la edad y del conjunto de enfermedades que le aquejan.
Ante la eventualidad de que tenga previsto renunciar al Papado, Medina dijo en entrevista a Terra que "nada hace pensar que esté reflexionando sobre la posibilidad de renunciar, ya que en varias ocasiones ha dicho que quiere seguir adelante cumpliendo con su deber".
A este respecto, fuentes oficiales vaticanas desmintieron ayer a EFE que Juan Pablo II tenga previsto renunciar, recordando que él mismo ya lo excluyó durante su viaje a Polonia del pasado año, cuando dijo que permanecería al frente de la Iglesia mientras Dios quiera.
