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Spiniak: "No tengo amigos políticos" (2da. parte)

En una conversación descarnada y sorprendente, el empresario habla por primera vez a un medio de comunicación desde que fuera detenido el 30 de septiembre. Si bien reconoce que son ciertas muchas de las cosas que se dicen sobre sus fiestas, niega que haya habido muertes o abuso de menores. "A mí me gustaba la gente mayor, no sé con qué fin han metido a esos niños en esto", asegura. Aquí cuenta la historia de cómo después de ser un hombre normal durante 45 años se convirtió en un ser irreconocible.

02 de Noviembre de 2003 | 10:33 |
"Me amarraban, me golpeaban"

- ¿Es cierto todo lo que se ha dicho de sus fiestas o reuniones?

- La gente no llegaba y se sacaba la ropa, como se piensa, sino que primero conversábamos. A mí me interesa hacerlo con gente dominante y que sean mayores de edad. De 21 años para arriba, inteligentes y razonables, porque me interesaba que me sometieran a mí, pero sin llegar al nivel de correr riesgos, de que me produjeran daños o marcas permanentes. La gente podía hacer lo que quisiera, podían retirarse cuando quisieran, porque la plata que yo pagaba era la misma, podían ser cinco lucas más o cinco lucas menos. De repente alguien me decía "oye, pero esta niña es una puta", pero yo respondía que ella debía querer que le hicieran cosas. A veces llegaban queriendo decir cuántas horas iban a estar y que querían cobrar 12 mil pesos la hora, por ejemplo, pero a mí eso no me gustaba y yo les ofrecía 30 mil para que se quedaran, sin taxímetro. Pero muchas veces esta gente después no quería irse, porque les gustaba como estábamos. Lo pasaban bien.

- ¿Qué le hacían concretamente?

- Me amarraban, me golpeaban y me hacían hacer cosas.

- ¿Qué cosas?

- Como sexo oral a otras personas. Se hacía sexo oral entre hombres o con mujeres, lo que fuera, pero nunca hubo penetración entre un hombre y otro. Nunca me penetraron, porque yo no lo aceptaba.

- ¿No se considera homosexual?

- Los últimos cinco años consumí abundante cocaína, llegué a consumir cinco gramos diarios, mezclado con alcohol. En esas condiciones yo me desinhibía. Si me miro desde fuera, claro, a lo mejor diría que soy homosexual, porque les he brindado sexo oral a hombres, pero nunca he tenido una pareja masculina ni me he enamorado de un hombre. Cuando me preguntaban qué me gustaba, yo decía "me gusta lo que no me gusta". Me gustaba ser forzado a cosas límites, que me escupieran, que me agredieran verbalmente.

- ¿Y es cierto lo de la coprofagia?

- ¿Qué es eso?

- Comer excrementos. Se dice que usted lo hacía en sus fiestas o reuniones.

- Sí, en algunas oportunidades pasó eso. Es lo más fuerte y excitante que he tenido...

- ¿Con qué frecuencia hacía esas reuniones?

- Normalmente no era los fines de semana, porque los sábados almorzaba con mis padres y para eso el viernes me acostaba temprano. Los domingo los dedicaba a ver a mis hijas, por lo que generalmente era durante la semana. Podían durar de dos a tres días, pero con distinta gente, llegaban unos y se iban otros. En todo ese tiempo yo me mantenía despierto por la droga, mucha gente no quería irse y se quedaba durmiendo ahí mismo.

- ¿Y dónde?

- Los carretes se hacían en distintos lugares, era muy piola, porque yo vivía con mis hijos mayores. Cuando me cambié a la casa de Santa María de Manquehue, hice un compromiso con mi hijo de que dejaría las drogas y de hacer fiestas.

- ¿Y cumplió?

- Hice una terapia para dejar la droga y comencé a bajar la cantidad y la frecuencia del consumo. Pasaba tres semanas sin jalar, ayudado por los ansiolíticos y antidepresivos que tomaba. Fue un gran esfuerzo, pero al final mi propio hijo me dijo que yo no estaba preparado para dejar las drogas. A mi siquiatra de ese entonces nunca le conté todo lo que hacía, sólo que me gustaba carretear mucho.

Todo parte en San Francisco

Durante 45 años Spiniak tuvo una existencia normal. Se casó, tuvo hijos, participó en la administración de una empresa familiar. Hasta que se hizo consumidor de cocaína y realizó un viaje que cambiaría el rumbo de su vida.

- ¿Cómo se inició en las drogas y en esto que usted define como "vivir al límite"?

- Yo viajaba mucho. Hace 10 años comencé a comprar revistas en Estados Unidos que trataban el tema.

- ¿Qué tema?

- Del sadomasoquismo. Me di cuenta que me excitaba leer eso. La primera experiencia que tuve fue en San Francisco, hace 8 o 10 años,

cuando, leyendo una revista de esas, vi un aviso que decía "llama y te arrepentirás de haber nacido, pero después querrás que se repita. Llama ahora para ver si eres aceptado". Llamé y pedí que fueran al hotel donde me alojaba, pero me respondieron que no, que debía ir yo a otro lugar. Lo hice, pero fue algo que borré de mi cabeza durante mucho tiempo, fue una experiencia chocante que no le contaría a nadie, pero cuando pensaba en eso comenzaba a excitarme.

- ¿Qué le hicieron esa vez?

- Me amarraron, dejándome estirado, y me torturaron en los genitales con una prensa. El tipo era un sádico.

- ¿Y eso no le producía dolor?

- Claro, en ese minuto no me gustó la experiencia, era doloroso, pero después me excitaba recordarlo. Con los años, me empezó a gustar ser sometido por otra persona, y en el ambiente de la prostitución, aquí en Chile, encontré gente que no era sádica, pero que podía asumir ese papel. Siempre tenía a alguien que me cuidaba para que las cosas no se extralimitaran. Primero fue el "Coto" (1) y después Miguel Quiroga, el "Michel" (2). Él era amigo mío y gracias a él me quedaba tranquilo, porque podía dormirme sabiendo que no me pasaría nada, que al despertarme no me encontraría con la casa vacía.

- ¿Cómo conoció a Miguel Quiroga?

- Lo conocí por otra persona, Pablo Abasolo (3), que fue a mi casa en El Arrayán.

"Nunca acepté principiantes"

- Usted asegura que no es pedófilo, pero la investigación se ha centrado en los testimonios de diversos menores que aseguran haber estado en sus fiestas, donde eran torturados, abusados sexualmente y drogados. Varios de ellos, incluso, han aprobado los exámenes de verificación que les han practicado los médicos y sicólogos.

- Eso es falso. A mí me gustaba la gente mayor, no sé con qué fin han metidos a esos niños en esto. Siempre me aseguraba que los que llegaban a mi casa fueran mayores de 18 años y para asegurarme les pedía el carné de identidad.

- ¿Niega que haya habido menores?

- Sí, lo niego. Que en alguna oportunidad haya habido un menor de 18 años, pero que representara más edad, es posible, pero no eran personas que se estaban iniciando en esto, sino que era gente que se prostituía. Nunca acepté principiantes, tuvieran la edad que fuera. Cuando conversaba con ellos y me decían que nunca habían hecho esto, que tenían polola y que necesitaban plata, muchas veces les pagaba y les pedía que se fueran.

- ¿Conoce al menor L. Z.?

- No. Además que en mis reuniones nunca nadie daba nombres o apellidos. Una misma persona un día podía llamarse Sergio y otro día Luis.

- ¿Cuánto pagaba por estos "servicios"?

- Entre 15 y 20 mil pesos por el rato que quisieran. Por las mujeres pagaba un poco más, porque ellas estaban más organizadas. Primero llegaban queriendo cobrar por hora y después poco menos que tenía que llamar a los carabineros para que se fueran, porque en mi casa comían, tomaban y se divertían. Incluso, a veces en esas reuniones no pasaba nada sexual, era un carrete común y corriente. Y, además, nunca se hizo nada en contra de la voluntad de nadie.

- Eso no tiene nada que ver con lo que afirma una menor, que ha declarado que estuvo secuestrada un año en su casa y que a otra niña la violaron, la torturaron y luego desapareció.

- El otro día me carearon con esa niña. Ella dijo reconocerme, pero era como hacer un careo para reconocer al Presidente Lagos, porque todo el mundo ya me conoce, por lo que su testimonio no tenía ningún valor. Después no reconoció a nadie más. ¿Estuvo un año secuestrada y no sabía de mis costumbres, de los pormenores de mis hábitos, ni reconoció al "Michel" ni a Pablo, a quien había vinculado con la muerte de esa niña? Todo eso es falso, es parte de una campaña con no sé qué fin. Nunca hubo heridos ni maltratos y entiendo que eso ya está consignado en el proceso.

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