SANTIAGO.- Al ministro Sergio Muñoz se le conoce con el apelativo de "súper ministro" por la cantidad de procesos que encabeza. En julio de este año, la Corte de Apelaciones de Santiago le asignó 20 casos de derechos humanos, y entre sus pares existe consenso en que el magistrado se destaca por "dar agilidad y movilidad a las causas".
Una de sus principales investigaciones es el homicidio del dirigente sindical Tucapel Jiménez, sumario que le permitió dictar 12 condenas y cuatro absoluciones.
Entre los casos que instruye, radicados en 11 juzgados de la Región Metropolitana, se encuentran las desapariciones del ex funcionario del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) Fernando Olivares Mori y del mirista Sergio Pardo. A esto se unen los procesos de inhumación ilegal en el Patio 29 del Cementerio General de Santiago.
Muñoz integra, en materias de trabajo, el grupo de los jueces exclusivos conformado por Joaquín Billard, del Primer Juzgado del Crimen; Graciela Gómez, del Tercer Juzgado del Crimen; Juan Carlos Urrutia, del Quinto Juzgado del Crimen; María Inés Collín, del Octavo Juzgado del Crimen; y Raquel Lermanda, titular del Noveno Juzgado del Crimen.
Sergio Muñoz estudió Derecho en la Universidad Católica de Valparaíso, y entró al Poder Judicial en 1982. Nació en Villa Alegre, VII Región, es casado y tiene tres hijos.
A la Justicia ingresó hace 21 años y su primera función fue como oficial cuarto. Antes de ser nombrado ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago fue relator de la Corte de San Miguel y de la Corte Suprema y juez del crimen.
Reservado, acucioso y de mucha vocación son algunos calificativos que recibe. No sólo se dedica a las causas, sino que además está preocupado de las metas de gestión, de mejorar los mecanismos el rendimiento y la atención a los usuarios. Integra la comisión de informática de la Corte de Santiago.