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500 trabajadores de Vida Plena fueron despedidos sin indemnización

El término de las tareas de los empleados responde a "razones de fuerza mayor", lo que fue confirmado por el síndico de la isapre, Gonzalo Torre.

28 de Noviembre de 2003 | 20:22 | Orbe
SANTIAGO..- Hoy fueron notificados de su despido los 500 funcionarios de la isapre Vida Plena, por una causal que les impedirá recibir indemnizaciones.

La finiquitación de las tareas de los empleados responde a "razones de fuerza mayor", lo que fue confirmado por el síndico de Vida Plena, Gonzalo Torre, quien explicó que aquellos trabajadores que no se sientan conformes con tal decisión podrán reclamar ante los tribunales correspondientes sus pretensiones laborales.

Además de sus funcionarios, otros grandes perjudicados con el cierre de esta entidad son los 82 mil afiliados que deberán atenderse en una red cerrada de prestadores, lo que les perjudica además en sus reembolsos, los cuales no se les están otorgando de manera regular.

Según el superintendente de Isapres, Manuel Inostroza, las empresas del sector recibirán un número proporcional de afiliados a la quebrada Vida Plena, de acuerdo a su tamaño, y que ninguna compañía "se puede sentir perjudicada ni beneficiada".

La repartición, a la que serán sometidos los ahora ex beneficiarios de la isapre, se hará sobre la base de un sistema que dará garantías tanto a los afiliados como para las entidades de salud previsional, a través de un sistema aleatorio, donde se distribuyen las personas homogéneamente, según su edad, sexo, cargas, la renta que tienen y la cotización.

El próximo jueves 4 de diciembre saldría la resolución que borra del registro de isapres a Vida Plena y, por lo tanto, permite que sus afiliados sean distribuidos en el resto del sistema. Sin embargo, se informó que dicha resolución va a ser apelada por el síndico de la empresa, por lo cual los tribunales determinarán el destino de los clientes afectados.

Cabe recordar que en septiembre pasado, la isapre y su cartera de beneficiarios fue adquirida por un grupo de inversionistas, que tras dos meses de administración fue incapaz de consolidar a Vida Plena, lo que hizo que la superintendencia decretara su cierre definitivo y el posterior traspaso de cotizantes.