
La jueza Muñoz a la salida de la Corte.
PUERTO MONTT.- La Corte de Apelaciones de Puerto Montt resolvió denegar la solicitud que presentó la jueza subrogante de Los Muermos, Rosa Muñoz, para inhabilitarse en la investigación sobre la tala ilegal de alerce.
En el fallo, los ministros sostuvieron que un juez no puede permitir ser sometido a presiones y que debe continuar conociendo de las causas que investiga.
"En consideración a lo reseñado y no siendo los fundamentos dados por la señora juez subrogante de Los Muermos constitutivos de la causal de implicancia invocada por ella, reunido extraordinariamente el pleno de esta Corte (...) se acuerda dejar sin efecto la declaración de inhabilidad manifiesta por la señora juez subrogante Rosa Muñoz", señala la resolución.
En consecuencia, la magistrada seguirá conociendo de la causa a menos que asuma el juez titular de Los Muermos o se designe un ministro en visita.
La jueza Rosa Muñoz, quien la semana pasada ordenó la detención del director de la Conaf, Carlos Weber, -en el marco de una investigación por tráfico de influencias, asociación ilícita y cohecho- pidió inhabilitarse de la polémica causa luego de haber recibido presiones y amenazas de muerte.
Sin embargo, no invocó esos hechos para dejar el caso sino que una causal formal, la de implicancia, contenida en el Código Orgánico de Tribunales. Habría alegado que ella tuvo conocimiento previo sobre esta causa, cuando investigó otra tala de alerce como jueza subrogante en el juzgado de Puerto Montt.
Asustada por las amenazas, la jueza recurrió a la Corte de Apelaciones de Puerto Montt para pedir protección policial las 24 horas del día.
El fin de semana, los amedrentamientos habrían llegado a su peak. La madrugada del sábado una piedra fue arrojada sobre su casa. Contenía un mensaje claro y explícito: "muere".
El viernes y el domingo recibió llamados telefónicos intimidantes, provenientes de voces masculinas y números sin identificación. "Espérate lo que te va a pasar a ti y a tu hijo. Ya sabemos dónde trabaja. No les queda mucho tiempo". "Te estamos vigilando y te vamos a matar", decía otro.