La jueza Chevesich sigue en el centro de la polémica.
SANTIAGO.- El enérgico respaldo que el Pleno de la Corte Suprema otorgó ayer a la ministra en visita Gloria Ana Chevesich es hasta el momento sólo una advertencia contra las presiones de las que ha sido objeto, puesto que aún no se ha iniciado una investigación para determinar su origen.
Fuentes calificadas del máximo tribunal declinaron dar a conocer quiénes estarían detrás de las intimidaciones que denunció la jueza del caso MOP en un informe de diez carillas, pero sí sostuvieron que es "obvia" su procedencia, considerando las personas involucradas en el proceso que instruye la magistrada.
La Dirección de Comunicaciones del Poder Judicial confirmó que el documento presentado por Chevesich fue archivado y que permanecerá en custodia. Miguel González, quien dirige la instancia, explicó que las medidas anunciadas ayer se adoptarán sólo en caso de que se produzcan nuevos episodios de presiones.
Ningún ministro que participó en la inusual y extensa sesión de ayer ha querido referirse públicamente al tema, pese a la insistencia de diversos sectores, que exigen que se haga público el origen y el tipo de presiones que ha recibido la jueza.
El único que habló fue el presidente de la Corte Suprema, Marcos Libedinsky, quien al llegar al tribunal esta mañana manifesó su molestia con la prensa por los cuestionamientos de los que ha sido objeto.
"No voy a hacer ningún tipo de declaraciones", afirmó. "Tanto los ministros tienen que trabajar con independencia y tranquilidad, como también el presidente de la Corte Suprema, y ustedes no me están dejando trabajar con tranquilidad", agregó.
Para evitar cualquier contacto con la prensa, el presidente del máximo tribunal sugirió que todas las consultas se hagan a través de la Dirección de Comunicación Social del Poder Judicial.
Libedinsky ha sido cuestionado por algunos medios por la inusual demora que tuvo en dar cuenta a sus pares de una carta entregada por la ministra Chevesich el 17 de mayo pasado, en la que denunció ser víctima de presiones en el marco de su investigación del caso MOP.
Tras un extenso Pleno, los supremos respaldaron tanto la labor de Libedinsky como de la magistrada y acordaron adoptar medidas para asegurar la autonomía del trabajo de los jueces.
