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Un paseo subterráneo por las nuevas estaciones Patronato y Cerro Blanco

La extensión de la Línea 2 del Metro de Santiago inicia hoy su período de marcha blanca para afinar los últimos detalles antes del 6 de septiembre fecha en que serán inauguradas por el Presidente Ricardo Lagos.

09 de Agosto de 2004 | 09:42 | Bernardita Ochagavía M., El Mercurio en Internet
Video promocional de estación Patronato
Video promocional de estación Cerro Blanco

Fotos: Claudio Pérez.

SANTIAGO.- Después de bajar por unas escaleras casi verticales, aperada de un casco y mi libreta de notas, el ruido parece quedar atrás para dar paso a un aire frío y húmedo. A pesar del polvo que invade el ambiente y que deja apenas divisar de lejos lo que se nos presenta, poco a poco aparece esta gigante construcción: la estación Cerro Blanco de la Línea 2 del Metro de Santiago.

La obra, de colores blancos y metales, desde su entrada nos da la bienvenida con andamios y cables que no logran impedir la visión del gran tamaño que tendrá esta estación, la más grande de las dos que se construyen en la extensión norte de la línea.

En general las nuevas construcciones tienen un carácter arquitectónico moderno, donde la simpleza y sofisticación de las terminaciones metálicas dan una innegable sensación de amplitud y las estructuras y aplicaciones tubulares, junto al uso del vidrio convierten estos espacios en un lugar de aspecto futurista. Sin embargo, el contraste de su diseño en relación al emplazamiento -hay que pensar lo que significa esta construcción en medio del barrio Patronato-, hace que nos sintamos "volviendo al futuro".

En diciembre de 2000 se inició el proyecto de lo que serían las dos nuevas estaciones del Metro: Patronato (ubicada en Recoleta con Lastra, a metros de la Iglesia Fray Andrecito) y la estación Cerro Blanco (entre Doctor Charlin y Santos Dumont).

Una vez adentro, el ruido exterior de buses y autos poco a poco es reemplazado por el sonido del martillo, del serrucho, del taladro y una que otra máquina que lija o limpia los nuevos y aún empolvados suelos que recibirán a cientos de pasajeros.

Todo parece apacible. Sólo deambulan maestros y capataces que inspeccionan que las obras se cumplan en los plazos prefijados y que los últimos detalles estén terminados para que el 6 de septiembre próximo el Presidente Ricardo Lagos dé paso a su inauguración oficial.

Más grande que una estación tradicional, sólo un poco menor quizás que la estación Baquedano que une la Línea 1 y 5 del Metro, es la imagen que queda de Cerro Blanco, cuyas trabajos se iniciaron en agosto de 2001, y donde cada día afanan alrededor de 300 personas.

Con un 98% de las obras terminadas, Cerro Blanco, al igual que Patronato inician hoy su proceso de marcha blanca, donde la labor primordial será que los trenes circulen normalmente, pero sin pasajeros, de manera de poner a punto y afinar los últimos detalles del recorrido de estas máquinas.

Todo aún envuelto

Mientras inspecciono el andén de la estación noto que los rieles que llevan la electricidad a los trenes están a simple vista, incluso, se puede caminar sobre ellos, oportunidad que no dejamos pasar para conocer en terreno qué se siente caminar por ese lugar donde circulan aproximadamente 600 voltios de energía que mueven los convoyes.

El lugar –como también la estación Patronato- cuenta con un acceso para discapacitados desde el exterior y dos ascensores en el interior para cada lado del andén. Asimismo existen baldosas especiales para personas no videntes que permiten guiar desde la superficie hasta el tren a dichos usuarios.

Todo aún parece envuelto. Un grueso plástico cubre los pasamanos y un cartón los peldaños de las escaleras. Los asientos en el andén no se han instalado todavía, como tampoco los basureros ni menos los paneles publicitarios, que quedarán en manos de la Corporación MetroArte, la que se encargará de decorar y cubrir las largas hileras de metal.

La nitidez de los colores blanco y amarillo, símbolo de la Línea 2 del Metro, denota el placer visual que entrega lo nuevo, lo que aún no está contaminado con el paso del tiempo.

Hermana chica

Tras inspeccionar de punta a cabo lo que será la nueva estación Cerro Blanco, cuyo nombre se debe a la montaña que está tras su fachada, el recorrido termina en Patronato, donde el comercio de las calles aledañas asegura un alto flujo de pasajeros.

Como una maqueta en escala pequeña, y donde el frío ya no es tan intenso y el ruido exterior un poco más audible, la estación Patronato demoró casi dos años en estar terminada. Su tamaño considerablemente menor en proporciones cuenta con el mismo diseño, comodidades e instalaciones, pero todo en un espacio más reducido.

Esta diferencia se explica porque en un principio Cerro Blanco se pensó como una estación terminal, situación que finalmente se desechó, aún cuando los planos se mantuvieron, puesto que en plena marcha se optó por extender aún más su trazado.

La prolongación, que empalma con la estación Cal y Canto, además de la edificación de las dos estaciones tuvo la particularidad de que obligó a construir un túnel de 1,6 kilómetros que pasó por debajo del Río Mapocho y de la Autopista Costanera Norte, obra que según advierte el ingeniero civil de la obra Hernán Corsén "fue una obra de ingeniería impresionante y que demandó mucho tiempo, maquinaria e ingenio".

Luego de un interesante y educativo recorrido inicio el retorno. Poco a poco nuevamente se siente el sonido de buses y autos, el aire ya no tan húmedo se vuelve asfixiante con el esmog capitalino, y el polvo casi parte del recorrido subterráneo se despeja para dar paso a un tenue sol invernal.

Video 1 de la extensión (Emol)
Video 2 de la extensión (Emol)

Imágenes: Claudio Pérez