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Nuevas variedades de cítricos chilenos tras siete años de estudios

Romper la estacionalidad de la producción de cítricos, ampliar su cosecha a todo el año, y mejorar la calidad y sabor de los frutos según condiciones de suelo y clima son parte de estas mejoras.

25 de Agosto de 2004 | 17:01 | El Mercrurio en Internet
SANTIAGO.- Nuevas variedades de limones, naranjas, pomelos, mandarinas y recomendaciones de portainjertos fueron los resultados de un trabajo que por más de siete años impulsó la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y que logró, entre otros resultados, romper la estacionalidad de la producción de cítricos, ampliando su cosecha a todo el año, y mejorar la calidad y sabor de los frutos según condiciones de suelo y clima.


Los resultados se obtuvieron en el curso de dos proyectos que se desarrollaron desde 1997 bajo el financiamiento de FIA, la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), el Consorcio de Viveros Aconcagua (CVA) y productores privados que proporcionan el terreno y el mantenimiento de los bloques de evaluación.

Mejora en el rendimiento, la sanidad del huerto y la calidad de la fruta fueron los otros objetivos alcanzados por el segundo proyecto, que se propuso elevar la competitividad de la citricultura chilena mediante la optimización del uso de portainjertos, que vinieron a reforzar las nuevas variedades seleccionadas en la primera etapa.

Margarita d`Etigny, directora de FIA, comenta que "el desarrollo de la citricultura de exportación requiere respuestas precisas acerca del comportamiento de las variedades sobre los mejores portainjertos de cítricos disponibles en el mercado, de modo de poder maximizar el rendimiento y la calidad de la fruta tanto para los consumidores nacionales como extranjeros".

Antes del proyecto

A pesar del crecimiento que experimentaron las exportaciones de fruta fresca desde Chile en la década pasada, los cítricos no representaban hace algunos años una importancia comercial significativa. Se pensaba que el país no tenía condiciones climáticas aptas para producir cítricos de calidad.

La fruta carecía de dulzor, y presentaba excesiva acidez, grosor y rugosidad de cáscara.

Factores como ausencia de normas de madurez y errores en la composición varietal de la industria contribuyeron a comercializar cítricos de baja calidad, lo que generó una percepción negativa de los consumidores.

La información en Chile provenía de la experiencia de otros países con distintas variedades y distintas condiciones de suelo y clima, y no se había contrastado con la realidad nacional hasta ese momento.

Para enfrentar el desafío, la Fundación para la Innovación Agraria respaldó dos proyectos: uno de introducción de variedades el año 1997 y otro de introducción de portainjertos el año 2000, que finalizará en noviembre de este año.
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