ARICA.- La Corte de Apelaciones rechazó un recurso de protección interpuesto por la Federación de Estudiantes de la Universidad de Tarapacá (Feut) en favor de tres alumnos de ingeniería que fueron castigados por las autoridades universitarias por participar en una golpiza a al alumno de primer año de la carrera, Hugo Palza (18).
Palza resultó con lesiones de gravedad al recibir golpes de puños y de pies en el llamado "callejón oscuro", durante una ceremonia de "mechoneo".
La resolución del tribunal respondió a la federación que "hubo un debido proceso". Tras una investigación, los estudiantes Aquiles Pizarro y Alfredo Pinazo fueron suspendidos por un semestre mientras que Humberto Gajardo sufrió la pérdida de préstamos y otros beneficios estudiantiles. Este último castigo también se le aplicó a la presidenta de plan común de Ingeniería, Oriana Narea, por su responsabilidad en la organización del violento ritual de recibimiento.
Los hechos tuvieron lugar a fines de marzo en el recinto de la facultad. Allí los alumnos nuevos fueron despojados de sus ropas. Cubiertos sólo con bolsas de basura, fueron obligados a salir del aula para cumplir con el ritual del "callejón oscuro". Apostados a los costados de un pasillo, decenas de estudiantes antiguos los golpeaban con pies y manos a su paso.
Hugo Palza logró alcanzar la escalera ubicada al final del pasillo, pero allí continuó recibiendo puntapiés. Uno de ellos le hizo perder el equilibrio y se azotó la cabeza contra uno de los peldaños de cemento. El joven no recibió atención de parte de sus compañeros. Sólo cuando fue avisado el director de Asuntos Estudiantiles (Dae), Juan Carlos Romero, fue derivado a la enfermería de la universidad y de ahí al hospital, donde le diagnosticaron TEC y poli-contusiones y le suturaron con cuatro puntos su herida craneana.
Los sancionados, sin embargo, reclamaron no haber sido los autores del golpe que ocasionó la caída de Palza, por lo que estimaron haber sido castigados injustamente y, con apoyo de la Feut, recurrieron a la justicia. "Participamos, al igual que otros 200 compañeros universitarios del mechoneo y no agredimos a nadie", se excusó Aquiles Pizarro.
Humberto Gajardo, en tanto, dijo que lo inculparon para "limpiar el nombre de la universidad" y como una medida fácil para salir del paso.
Distinta fue la versión de la autoridad universitaria. Juan Carlos Romero, titular del Dae, señaló que los afectados reconocieron las agresiones, aunque no la que ocasionó la lesión más grave. En el proceso, nadie quiso inculpar formalmente al autor de esta última, pero Romero aclaró que el objetivo de la investigación fue determinar responsabilidades en un sentido amplio.
El sumario se inició por los reclamos de los padres de Hugo Palza, la víctima. Pero Hugo no colaboró mayormente a aclarar las cosas. A los pocos días, ya quería olvidar todo y no aumentar sus problemas con sus compañeros de carrera.
Ayer no quiso hablar con la prensa, pero su madre, Cecilia, explicó que, al denunciar el hecho, su objetivo no era perseguir a ningún alumno, sino que la universidad adoptara medidas para impedir que se repita.
