LA PAZ.- Bolivia manifestó hoy su satisfacción por la decisión chilena de desistir del proyecto para extraer agua subterránea en el Parque Nacional Lauca, y que preocupaba a La Paz ante la eventual disminución del caudal de aguas que ingresa a su territorio.
"En vista de que el gobierno chileno ha desistido de llevar adelante este proyecto, nosotros lo vemos con satisfacción, y eso quiere decir que se ha oído nuestro punto de vista", declaró el canciller Juan Ignacio Siles.
El secretario de Estado afirmó que su par chilena, Soledad Alvear, le comunicó personalmente la decisión del Gobierno, durante la reciente posesión de mando en Panamá.
"Me comunicó oficialmente, durante el encuentro que tuvimos en el cambio de mando en Panamá, que el gobierno de Chile desistió de efectuar este proyecto de los pozos del río Lauca", sostuvo.
Recientemente, Chile afirmó que el proyecto para extraer agua en el Parque Nacional del Lauca sólo se llevará a cabo si se logra el consenso favorable dentro de la población indígena aymara que habita la zona fronteriza.
La nueva controversia entre ambos países empezó la semana pasada, cuando se conoció que el Ministerio de Obras Públicas de Chile proyecta abrir pozos para extraer agua que surta a los agricultores de la zona.
El gobierno boliviano expresó enseguida su preocupación ante la posibilidad de que el procedimiento merme el caudal de aguas que ingresa a su territorio y ocasione daños ecológicos en el Salar de Coipasa, en la región de Oruro, que colinda con la reserva natural.
Tras divulgarse la noticia sobre el proyecto, el gobierno chileno empezó a recibir críticas de legisladores del Partido Por la Democracia (PPD), que consideran que de esta forma se abrió un nuevo foco de polémica con Bolivia y, además, se pone en riesgo el equilibrio del ecosistema.
En respuesta, el ministro de Obras Públicas, Javier Etcheberry, dijo que el gobierno ha analizado bien el proyecto, pero que de todas formas no se realizará si los pobladores de la región no están de acuerdo.
En 1962, Bolivia acusó a Chile de "agresión" ante la Organización de Estados Americanos (OEA) por el desvío de las aguas del Lauca para la agricultura del valle de Azapa, lo que derivó en la ruptura de las relaciones diplomáticas.
Las relaciones se restablecieron en 1975, pero tres años más tarde se volvieron a cortar, condición que se mantiene hasta hoy, a raíz de las discrepancias por el reclamo boliviano de una salida soberana al mar por territorio chileno. Los vínculos formales se realizan desde entonces a nivel consular.
