SANTIAGO.- Según un estudio realizado por la Fundación Paz Ciudadana, a fines de 2003, se concluye que la prevalencia de los comportamientos de riesgo en escolares es baja, especialmente de aquellos que atentan contra las personas.
El 18,2% de los encuestados afirmó que al menos una vez en el año dañó o destruyó la propiedad ajena, el 14,2% robó, el 10,9% participó de una pelea de pandillas, el 10,6% lanzó objetos a la gente y el 9,2% atacó a alguien con la idea de causarle daño.
La encuesta se realizó a 1.411 alumnos de 7º básico, Iº Medio y IIIº Medio de colegios municipalizados, particulares subvencionados y particulares pagados de las regiones V, VIII y Metropolitana.
Según este informe, si bien la prevalencia de los comportamientos de riesgo estudiados es baja, se observa una mayor prevalencia de comportamientos de riesgo en hombres de mayor edad.
Asimismo, el estudio señala que no se observa asociación entre la prevalencia de comportamientos de riesgo y el nivel socioeconómico de los jóvenes.
En ese sentido, se afirma que la prevalencia de comportamientos de riesgo no tiene un patrón claro según el tipo de colegio, sin embargo, es posible identificar colegios puntuales con altos índices de alumnos con comportamientos de riesgo.
Sólo un pequeño grupo de jóvenes que manifiesta comportamientos de riesgo asociados a la violencia o a la delincuencia, persistirá en éstos al final de la adolescencia.
De acuerdo a las conclusiones de la investigación, en los comportamientos de riesgo inciden factores como:
La mala calidad de las relaciones sociales
Problemas de salud mental en personas cercanas
Violencia intrafamiliar
Experiencia escolar negativa
Falta de normas
Amigos involucrados en hechos de violencia o delincuencia
Vinculación con pandillas que presentan actitudes favorables hacia comportamientos de riesgo
Ser víctima frecuente de daños y agresiones
Tarea pendiente en políticas públicas
La Fundación en su informe señala que "no existe una política de prevención e interrupción temprana de comportamientos de riesgo asociados a la violencia y a la delincuencia juvenil".
Para ello, sugiere una intervención temprana de problemas de violencia, delincuencia y abuso de sustancias "porque la gran mayoría de quienes se inician en la carrera delictiva, empieza antes de los 18 años".
Para ello el colegio es un ámbito de intervención privilegiado para trabajar con el entorno más cercano a los jóvenes. Es allí, donde no sólo se debe buscar la escolarización y el rendimiento académico, sino que también el aprendizaje de habilidades relacionadas con sociabilidad y convivencia.
Como lugar propicio para ello, el colegio debe preocuparse de detectar tempranamente las dificultades escolares y familiares asociadas a los comportamientos de riesgo, y si es necesario generar redes de apoyo en el colegio y con la comunidad.
