SANTIAGO.- Científicos chilenos advirtieron que si no se toman con urgencia medidas ambientales es probable que se desplomen grandes masas de hielo que cubren los glaciares de la Antártida, como ocurrió en 2002.
Según la NASA y el Centro de Estudios Científicos de Valdivia, los deshielos frecuentes en la Antártida son producto del calentamiento global de la Tierra.
El fenómeno puede convertirse en catástrofe si en el futuro otras plataformas se fracturan y caen al mar, alertaron los especialistas.
En el verano de 2002 la barrera Larsen B, una pared de más de 3.000 kilómetros cuadrados de hielo, se desplomó y volcó al Mar de Wedell más de 700 mil millones de toneladas de hielo en tres meses.
La Larsen A, otra barrera de hielo glaciar menos voluminosa que la Larsen B, se desprendió en 1990 y fue la primera señal de alerta del efecto invernadero o calentamiento de la Tierra, manifestó a ANSA el científico Andrés Rivera, director del Centro en Valdivia, 900 kilómetros al sur de Santiago.
En un futuro relativamente cercano, según Rivera, otras barreras como Larsen C o Jorge Sexto están en riesgo de correr la misma suerte que las Larsen B y A. El fenómeno, según el experto en glaciares, puede repetirse a causa del incremento de la temperatura atmosférica a un ritmo de 0,5 grados Celsius por década.
Las barreras de hielo son imprescindibles para la estabilidad de los glaciares.
En ausencia de la barrera Larsen B, los cinco glaciares adyacentes perdieron hasta 38 metros de altura en los seis meses posteriores a su colapso y continúan derritiéndose a un ritmo de entre cinco y ocho metros por año, precisó Rivera.
Los cálculos más pesimistas indican que si la lámina de hielo antártica occidental cae al mar en su totalidad, la mayor parte del estado de Florida, Estados Unidos, puede quedar bajo el agua.
Al respecto, Rivera indicó que no se pueden prever los tiempos, pueden ser 70 u 80 años, tal vez 200, pero los efectos pueden llegar hasta Florida y dejar graves secuelas en las zonas bajas del Atlántico, del Pacífico y en las desembocaduras de los ríos.
Debido al fenómeno, los estudios indican que el nivel de los mares en zonas australes puede subir hasta siete metros en los próximos 200 años.
"Todos los ríos de Chile que desaguan en el Océano Pacífico tienen un nivel de base que es el actual nivel del mar", dijo el científico chileno.
Además, muchos sectores costeros se inundarían y la infraestructura portuaria tendría que modificarse, entre otras cosas, alertó Rivera.
Para tomar muestras de hielo que permitan controlar el desgaste de las masas de los glaciares, el 2 de noviembre partirá desde Punta Arenas hacia la base antártica Patriot Hill la primera expedición conjunta de cientificos de la NASA y expertos chilenos.
Uno de los instrumentos con que contará la expedición es un radar de apertura sintética, que en 2005 será probado en Groenlandia y que Chile utilizará por primera vez en la Antártida.
También se utilizarán otros dos tipos de radares: un detector de grietas, capaz de identificar obstáculos en el camino y así cambiar la trayectoria a tiempo, y un radar de alta frecuencia que permite observar los estratos superiores del hielo.