Vea imágenes
| Los resultados del informe |
En relación con el informe que se dará a conocer mañana a la opinión pública, Schlatter anticipó que "no vamos a tener una definición clara del causante del problema que afecta a los cisnes".
Este lunes, el coordinador general del equipo, Eduardo Jaramillo, dijo al diario La Segunda que el informe no sería concluyente al esclarecer el fenómeno. "No puedo asegurar categóricamente si vamos a encontrar la ligazón final con alguna actividad. No tenemos nada como para decir que por esta razón u la otra (han muerto). Todos son estudios que necesitan mucho tiempo", subrayó el investigador.
Schlatter explicó que mañana se conocerán aspectos que incluyen análisis de botánica, químicos, de aguas, sedimentos y fangos, e incluso de censos aéreos y la parte histopatológica (estudio de los tejidos enfermos), que fueron realizados por un equipo multidisciplinario de 18 personas. |
SANTIAGO.- Roberto Schlatter, director del Instituto de Zoología de la Universidad Austral de Valdivia afirmó que la muerte de numerosos cisnes de cuello negro en el Santuario de la Naturaleza "Carlos Anwandter" no es un hecho irreversible, aunque para evitarlo se necesita el compromiso de toda la ciudadanía.
El zoólogo y miembro del equipo que hoy presentará el estudio encargado por la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama), para aclarar la muerte masiva de los cisnes, dijo en entrevista con EMOL que "esta es una situación que se puede revertir, pero para esto tenemos que trabajar todos juntos".
Optimista ante el futuro de estos animales, el especialista dijo que los cisnes "aunque siguen sin reproducirse, aumentan un poco de número, por lo que la situación se ve un poco más esperanzadora".
Sin embargo, el coordinador general del estudio, Eduardo Jaramillo, prefirió esperar a terminar las tres fases que contempla el análisis (que se espera estén listas en marzo) para afirmar si esta situación es reversible o no, ya que a su juicio "mientras no se conozcan todas las aristas, es difícil concluir algo".
Respecto al número de aves muertas, Schlatter afirmó que a lo sumo son 120 cisnes los que han muerto desde mayo de este año, aunque estima que han emigrado entre 3 mil y 4 mil a otras zonas.
Schlatter, quien es zoólogo, fue categórico al señalar que "no se puede afirmar tajantemente que la celulosa tenga algo que ver con estas muertes", aclarando que las causas pueden ser múltiples, y pueden ir desde el uso particular e industrial de fugicidas, herbicidas (tanto por plantaciones frutales como forestales) hasta pesticidas y residuos líquidos industriales.
Las críticas ecologistas
Vladimir Riesco, dirigente del movimiento Acción por los Cisnes, señaló a EMOL desde Valdivia que la idea del estudio les parece perfecta y necesaria, puesto que hay que esclarecer científicamente lo que sucede con los cisnes.
No obstante, criticó duramente el actuar del Gobierno en esta materia, calificándolo de irresponsable y negligente. Esto, porque a su juicio, "los servicios públicos han actuado de forma muy tardía y no fueron capaces de prevenir los afectos ambientales".
Riesco volvió a lanzar sus dardos contra el gobernador de la provincia de Valdivia, René Vásquez, acusándolo de tratar de bajarle el perfil a "la catástrofe más grave de las últimas décadas en Valdivia" al señalar que la muerte de los cisnes fue provocada por "un simple cambio de pelaje".
Respondiendo a las críticas que acusan a los organismos locales de descoordinación con el gobierno central, Vásquez puntualizó en una nota publicada por El Mercurio este domingo que "no veo la contradicción: aquí no hay contradicciones de ningún tipo, hemos estado en comunicación permanente con las autoridades de nivel central", afirmando de paso que "la situación del santuario no amerita la intervención de terceros en el humedal".
Respecto de la posible responsabilidad de la Celulosa Arauco, el vocero del movimiento Acción por los Cisnes afirmó que ésta "es la principal fuente contaminante nueva y este fenómeno (de la muerte de los cisnes) es nuevo; se empieza a producir después del inicio de las operaciones de la planta. Entonces es cosa de sentido común".
Asimismo, destacó que "la ley de base de medioambiente establece que se presume de responsable de daño ambiental a aquel que ha incumplido normas de protección al medioambiente y acá se han incumplido distintas disposiciones".
La planta, que comenzó a operar en enero de este año, ha sido sumariada en tres oportunidades por el Servicio de Salud por emisión de malos olores y verter sus residuos líquidos industriales al río Cruces.
En una declaración pública, divulgada el viernes 29 de octubre de este año por El Mercurio, la empresa afirmó que descarta "tajantemente toda relación que se pretenda establecer entre el funcionamiento de la Planta y la situación que afecta a la flora y fauna del río Cruces", esto porque "la planta cumple rigurosamente con las normas establecidas en la autorización ambiental, incluyendo lo que dice relación con el efluente que descarga al río Cruces, que cuenta con estándares superiores a los exigidos por la ley".
