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Greenpeace: "El gobierno no tiene conciencia del calentamiento global"

Desde hoy rige el acuerdo de Kioto, firmado por más de un centenar de naciones, que intenta reducir los índices de gases que provocan el recrudecimiento del "efecto invernadero".

16 de Febrero de 2005 | 12:13 | Rodrigo Cárdenas, El Mercurio en Internet
SANTIAGO.- Hoy comienza a regir el polémico "Protocolo de Kioto", el cual pretende que 36 países desarrollados, de un total de 128 naciones que ya lo han ratificado, disminuyan sus emisiones de gases que causan el recrudecimiento del "efecto de invernadero" en un 5,2%, respecto a 1990. El plazo para esto es entre el año 2008 y el 2012.

El protocolo no obliga a nuestro país a reducir sus emisiones, sin embargo, puede contribuir a que países desarrollados lo hagan, a través de los llamados "Bonos de Carbono". Así, al realizarse un proyecto ecológicamente sustentable, la cantidad de emisiones reducidas puede ser transada a algún país que requiera emitir un poco más.

Sin embargo, a juicio de los ecologistas, existe muy poca conciencia en el gobierno chileno sobre el problema del calentamiento global.

"En la Concertación no hay preocupación por el calentamiento global. El financiamiento existe, las posibilidades existen, es cosa de armar proyectos y ponerse las pilas", señaló Rosa Moreno, coordinadora del equipo sobre el cambio climático de Greenpeace.

Moreno indicó que se le ha ofrecido al gobierno y a la CONAMA establecer relaciones rápidas con bancos europeos para poder financiar proyectos renovables, sin embargo "no hay ningún eco".

A juicio de la miembro de Greenpeace, esto es una lástima, pues Chile debería liderar los efuerzos, al ser uno de los países que se verá más afectado por el cambio climático.

Discusión mundial

Este acuerdo, firmado inicialmente en 1997 -en la ciudad japonesa al cual le debe su nombre-, necesitaba lograr el apoyo de suficientes países desarrollados que en conjunto generarán más de un 55% del CO2 mundial, situación que se concretó recién en 2004, año en que Rusia lo ratificó luego de arduos debates.

Sin embargo, Estados Unidos, el principal emisor de CO2 mundial no se ha hecho parte, argumentando que los plazos y condiciones no son viables.

Además, no existe una certeza plena en EE.UU. que el calentamiento global sea producto de estas emisiones, ni que el reducirlas genere algún tipo de impacto.

El Senado norteamericano se opuso al protocolo con tanta firmeza que el entonces presidente Bill Clinton jamás lo sometió a ratificación. Bush retiró a Estados Unidos del pacto en el 2001, a poco de asumir.

De hecho ese país a acrecentado sus emisiones en cerca de un 13% respecto al año 90, por lo que para cumplir las metas del protocolo necesitaría reducir sus actuales niveles en aproximadamente un 35%, lo que puede resultar en un desastre económico para el país norteamericano.

Bush ha optado por su propia agenda, la cual consiste en apoyar reducciones voluntarias y poner metas propias al interior de su país.

Estados Unidos además argumenta que países como China (tercer emisor mundial, tras EE.UU. y la UE) y la India, no tienen ningún tipo de obligación, al ser tratados como países desarrollados.

El principal problema en el país asiático es que la gran mayoría de su producción energética proviene del carbón.

Sin embargo, Moreno dijo que se "se han logrado avances enormes en estos últimos 2 años, China se ha comprometido que el 10% de toda su energía eléctrica vendrá de energía renovable".

Cada país firmante tiene sus propias metas. Por ejemplo, las naciones de la Unión Europea deberán disminuir sus emisiones totales en un 8% mientras que Japón deberá hacerlo en un 5%.

En cambio, a algunos países con bajas emisiones se les autoriza a incrementarlas, lo que posibilita las negociaciones entre los países industrializados para reducir las emisiones.