NUEVA YORK.— El ministro del Interior y candidato chileno para la secretaría general de la OEA, José Miguel Insulza, criticó el funcionamiento de la organización y advirtió que podría quedar reducida a la irrelevancia.
La Organización de Estados Americanos "no está funcionando", dijo Insulza en el Consejo de las Américas de Nueva York, donde promovió su candidatura.
"La gran amenaza para la OEA es no ser una institución relevante, es el no abordar los problemas que las personas quieren tratar", advirtió.
Insulza dividió su exposición en los retos democráticos, de seguridad y desarrollo que enfrenta el hemisferio occidental y abogó por una participación más consensuada y firme del organismo en cada uno de estos temas.
Sus objetivos
El ministro sostuvo que al frente de la OEA trabajaría por lograr una mayor estabilidad de los gobiernos, fortaleciendo las instituciones y desarrollaría agendas distintas sobre la pobreza, la creación de empleo y la educación.
Agregó que se necesitaba un nuevo enfoque en la lucha contra el Sida y en materia de seguridad dijo que "los desafíos de la región van más allá que la lucha contra el terrorismo, como el narcotráfico, la delincuencia y los problemas de las catástrofes naturales".
El ministro expresó cierta sorpresa por el desempeño que tuvo la OEA en la sangrienta crisis política de Haití, donde la institución no tuvo un frente común para enviar soldados de paz, y los despliegues que hicieron países latinoamericanos, como Chile y Brasil, fueron bajo la sombrilla de la ONU.
Insulza, quien habló en inglés, manifestó que la OEA debería emitir menos declaraciones y concentrarse más en los resultados.
Además, manifestó que revisaría las prioridades de la OEA para "ponerlos más al día con los problemas actuales de la región", ya que no hay mucha coherencia en "los 101 mandatos que le exigen cumplir los países miembros de la OEA a la secretaría general".
Sobre la compra de armamento de Venezuela, Insulza afirmó que sería bueno crear a nivel regional un mecanismo de contabilidad uniforme para los gastos de armamento.
Por otra parte, abogó por la apertura de sedes institucionales de la OEA en países del Caribe y de América Latina, para lograr así una "mayor descentralización de la política del hemisferio". Casi todas las sedes están radicadas en Estados Unidos.
