SANTIAGO.- El caso es similar al de la "abuela" detenida un mes atrás en Las Condes. Una gran plantación de marihuana en el patio de su casa y la denuncia correspondiente que llevó a la detención de Rafael D. J. en 2001.
Claro que el individuo, de 41 años y enfermo de Sida, fue acusado de de vender el alucinógeno a escolares de Ñuñoa. Él se defendió argumentando que con la cannabis suplía la carencia de un medicamento que no se vende en Chile y que ayuda a combatir los efectos de las drogas que se usan para el tratamiento del VIH, que incluso fue recetado por su médico tratante.
Rafael, que estuvo detenido por 53 días en la Penitenciaría de Santiago, confirmó a "Las Ultimas Noticias" que sólo a principios de enero de este año la Corte de Apelaciones de Santiago acogió un fallo donde queda claro que él usaba este alucinógeno con fines terapéuticos.
Ante esto se siente contento, y afirma que "es muy bueno", siendo enfático en señalar que él no comenzó a consumir sin antes "estudiar mucho respecto de la marihuana", ya que al estar contagiado con VIH, "mi doctor me recetó Marinol que es un medicamento que sintetiza el THC y yo lo encargué a Estados Unidos. Pero sólo llegó hasta la aduana y no entró al país".
Respecto de María Luisa Velasco, la señora de 71 años que cultivaba marihuana en su casa, opina que "si a ella le dolían los huesos o el estómago y usaba la marihuana como calmante, está muy bien", advirtiendo que "está bien plantarla en la casa, porque lo más peligroso que se puede hacer es andar comprando".